Si el gobierno no atiende la demanda del sector campesino se corre el riesgo de que la hambruna y la desnutrición aumenten en el país, señalan dirigentes de la Coordinadora Nacional Indígena Y Campesina (CONIC).
Rolando Pérez, coordinador local de la organización, manifestó que la situación del campesinado guatemalteco se ha agravado los últimos años, debido a la falta de voluntad política del gobierno para atender las principales demandas, desde el acceso a la tierra, hasta los insumos y la asesoría técnica para mejorar los cultivos.
A decir de Pérez, la escasez de granos básicos en el mercado local es el indicador de que el campesinado no tiene la posibilidad de sembrar y cosechar sus productos y de ahí que los precios, como el del maíz, rebasen los 200 quetzales por quintal, lo que pone en alto riesgo la seguridad alimentaria de cientos de miles de guatemaltecos y guatemaltecas.
Por su parte, Pedro Esquina, de la dirigencia nacional de CONIC, destacó que para salir de la crisis se necesita que sean asignados 400 millones de quetzales al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), para la compra de semilla, herramienta agrícola, asesoría técnica y apoyo en alimentación a comunidades en situación de emergencia.
Además deben asignarse 100 millones para el Fondo Nacional de Desarrollo (FONADES), para la entrega de cupones o fertilizantes a familias que aún no han sido beneficiadas y para el cumplimiento del pago de cupones ya otorgados, así como 50 millones para créditos de arrendamiento de tierras y 100 millones más para la compra de tierras a través del Fondo Nacional de Tierras (FONTIERRAS).
Los dirigentes de CONIC subrayaron que 175 millones de quetzales se requieren en el Programa de Atención a la Crisis, a cargo de la Secretaría de Asuntos Agrarios, para la resolución urgente de más de 3 mil casos de conflictos.