Zimbabue: oposición rechaza gobierno de unidad nacional


Morgan Tsvangirai, lí­der de la oposición de Zimbabue, anunció la decisión de no apoyar un gobierno de unidad nacional.

El jefe de la oposición de Zimbabue, Morgan Tsvangirai, rechazó hoy la idea de un gobierno de unidad nacional, pero dijo estar dispuesto a un diálogo sobre la instauración de un periodo de transición que desemboque en nuevas elecciones.


El régimen del presidente Roberto Mugabe, que declaraba hasta hace diez dí­as que la oposición «jamás» dirigirí­a el paí­s, dijo antes que estaba dispuesto a discutir, pero sin definir en qué términos.

En la práctica, la oposición y el régimen están en desacuerdo sobre el tema del futuro diálogo –periodo de «transición» o «unidad nacional»– y sobre la base de las discusiones — primera vuelta de la presidencial, ganada el 29 de marzo por Tsvanguirai, o segunda vuelta con un único candidato, ganada por el presidente Mugabe el 27 de junio.

La formación de un gobierno de unidad nacional, como llamó a hacerlo la Unión Africana (UA) ayer al final de la cumbre en Egipto, «no responderí­a a los problemas de Zimbabue y no reflejarí­a la voluntad del pueblo zimbabuense», afirmó el lí­der del Movimiento por el Cambio Democrático (MDC) a la salida de una reunión del comité ejecutivo de su partido.

Los dirigentes de la Unión Africana (UA) lanzaron un llamamiento para la formación de un «gobierno de unión nacional» entre el MDC y la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF) del presidente Robert Mugabe.

En su resolución, la UA no rechazó el resultado de la segunda vuelta de la elección presidencial celebrada el viernes pasado, en la que ganó Mugabe, que era el candidato único. Tsvangirai, que habí­a ganado la primera vuelta del 29 de marzo, se retiró de la carrera electoral dí­as antes del balotaje, denunciando una ola de persecución y violencia polí­tica.

«La resolución no responde de manera adecuada a la actual violencia en Zimbabue», afirmó el jefe del MDC para quien ese texto de la UA «no reconoce la ilegitimidad de la elección del 27 de junio y no tiene en cuenta el hecho de que la mayorí­a de los lí­deres africanos se niegan a reconocer a Mugabe como jefe de Estado», apuntó.

Según Tsvangirai, «la resolución apoya el concepto de un gobierno de unión nacional sin reconocer al ganador» de la primera vuelta.

Pero el lí­der del MDC no cerró completamente la puerta al diálogo.

«Aunque el MDC sigue estando a favor de negociaciones, éstas deben desarrollarse sobre la base de los resultados del 29 de marzo e incluir un acuerdo de transición», afirmó Tsvangirai.

«Nuestro compromiso a favor de una solución negociada no se refiere a una división de poderes (…) sino a la democracia y la justicia», añadió antes de sentenciar: «si se abre un diálogo, es esencial que la ZANU-PF ponga fin a la violencia».

Entre otras condiciones, Tsvanguirai exigió el fin de la violencia contra sus partidarios y el enví­o de un emisario de la UA para secundar al presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, encargado de una mediación.

De su lado el régimen dijo que la declaración de la UA era «bienvenida», al considerar que va en el sentido de las declaraciones del presidente Mugabe, quien durante su investidura el domingo dijo esperar negociaciones rápidas que desemboquen en «una era de unidad y de cooperación».

«El gobierno está dispuesto a un diálogo con cualquiera que sea, un diálogo por la unidad nacional en Zimbabue», declaró el ministro de Información, Sikhanyiso Ndlovu.

El presidente Mugabe, de 84 años, de los cuales 28 en el poder, que habí­a puesto como requisito a toda discusión la celebración de la segunda vuelta, se apoya, según los observadores, en un resultado digno de la época de la Unión Soviética y calificado de «farsa» por Occidente.

Aun cuando Mugabe dijo varias veces que estaba dispuesto a negociar, también advirtió: «seguiremos dirigiendo este paí­s de la manera en que entendemos que debe ser dirigido».