Zelaya y Micheletti avanzan hacia mesa de diálogo con mediación de OEA


Unos soldados hondureños hacen guardia frente a la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, en donde se encuentra asilado el presidente depuesto Manuel Zelaya. FOTO LA HORA: AFP ORLANDO SIERRA

El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y el gobierno de facto de Roberto Micheletti, avanzaban hoy por separado en la concreción de un posible diálogo con la mediación de la OEA, mientras crecen las voces de rechazo a la suspensión de libertades civiles.


El enviado del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno John Biehl, quien se reunió ayer con Zelaya en su refugio en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, se encontrará hoy con Micheletti, en ví­spera del arribo de una avanzada de cancilleres del organismo.

El diplomático chileno prepara la llegada el 7 de octubre a Tegucigalpa de una misión de cancilleres de la OEA, encabezada por el secretario general José Miguel Insulza, que podrí­a marcar oficialmente la apertura de una mesa de negociación.

«Vemos en ambos lados un deseo de dialogar en serio, de solucionar el problema. Honduras no se merece el estado en que está. El gran deseo de la comunidad internacional es que de esto salga robustecida la democracia», dijo Biehl.

Tras varios intentos fallidos de hacer prosperar una salida negociada al conflicto, la delegación de cancilleres de la OEA pretende acelerar un acuerdo que ponga fin a la crisis institucional desatada con el golpe de Estado que el 28 de junio sacó del poder a Zelaya.

Fuentes diplomáticas precisaron a la AFP que Zelaya definió la comisión que lo representará en la mesa y Micheletti lo harí­a este jueves en la plática con Biehl, en tanto que ambas partes definen sus agendas.

El diálogo incluirá a diversos sectores como los empresarios y la sociedad civil, y tendrá de punto de partida el denominado Acuerdo de San José, la propuesta del mediador y presidente costarricense Oscar Arias, que establece el retorno de Zelaya al poder, rechazado tajantemente por el régimen de Micheletti.

«El Acuerdo de San José no está escrito en piedra, puede ser modificado. Se trata de un diálogo en que las partes tendrán la libertad de mejorar el pacto», comentó el funcionario chileno.

Micheletti, quien se ha comunicado estos dí­as con el mediador costarricense, dijo el miércoles que la propuesta de Arias podrí­a sufrir cambios para alcanzar un «acuerdo aceptable».

Una misión de seis congresistas de Brasil, que llegó la noche del miércoles a Tegucigalpa, ingresará este jueves a la Embajada para verificar la situación, y durante el dí­a se reunirá con funcionarios de la Corte Suprema de Justicia, el Congreso y grupos de derechos humanos, con un mensaje de apoyo a la solución negociada.

«Venimos a decirles que le den oportunidad al diálogo. Estamos muy satisfechos de que avance un proceso de negociación», dijo Raul Jugmman, del Partido Socialista Brasileño (PSB).

Empresarios hondureños, que apoyaron el golpe militar, propusieron la restitución de Zelaya pero con poderes limitados, en tanto la Iglesia católica, criticada por pedir hace tres meses el no retorno del presidente depuesto, impulsa la reanudación de las negociaciones bajo mediación de Arias.

Mientras tanto, una tensa calma se viví­a en el paí­s, donde rige desde el domingo un criticado decreto con el que Micheletti restringió las libertades de movimiento, asociación y prensa, con lo que intenta acallar las manifestaciones en su contra y en virtud del cual ya sacó del aire a Radio Globo y canal 36, fieles a Zelaya.

El magistrado David Matamoros reiteró este jueves el pedido de derogación del decreto, formulado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) en reunión con Micheletti, quien afirmó haberlos escuchado y dijo estar en consultas para una eventual suspensión de las medidas.

Un centenar de soldados y policí­as antimotines desalojaron el miércoles a campesinos que acampaban en el Instituto Nacional de Reforma Agraria en Tegucigalpa desde el golpe, y arrestaron a decenas.

La represión y los disturbios aumentaron desde el 21 de septiembre cuando retornó sorpresivamente Zelaya y se refugió en la embajada, con un saldo de al menos dos muertos.

JUSTICIA Dispuesto a someterse


El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, dijo estar dispuesto a someterse a la justicia si es restituido en el poder porque es «inocente», en una entrevista telefónica con el diario El Observador de Montevideo.

«Estoy dispuesto a ir a los tribunales, es que no me lo permitieron en su momento porque me sacaron del paí­s. Estoy dispuesto a responder a los cargos que hay en mi contra, no tengo problema con eso. Por eso volví­, porque soy inocente», afirmó Zelaya desde la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde está refugiado.

Ante las acusaciones en Honduras de que «violó» la Constitución del paí­s para buscar un referéndum para su reelección, Zelaya dijo: «yo no violé la Constitución, jamás lo hice. No se trató de un referéndum, eso es una mentira que los opositores utilizan para desacreditarme».

«Se trataba de una consulta, no vinculante, que no reformaba ninguna ley ni establecí­a la reelección. Era una consulta, como hacen los medios de comunicación para sondear la opinión del público (…) Y nada más. Por eso me derrocaron y sacaron del paí­s», afirmó.

Zelaya dijo no creer que el gobierno de facto de Roberto Micheletti «llegue (al) extremo» de ingresar a la embajada de Brasil para sacarlo por la fuerza, porque «serí­a muy peligroso» y «no tienen las garantí­as para hacerlo».

«El gobierno de facto carece de legitimidad en todo sentido» y «la solución de esta crisis pasa por mi restitución, por el respeto de la democracia», afirmó.

Por otra parte, Zelaya calificó de «desafortunadas y groseras» las declaraciones del representante estadounidense alterno ante la OEA, Lewis Amselem, que tildó de «idiota e irresponsable» su retorno a Honduras.

No obstante, dijo que recibió llamados del Departamento de Estado y de Hillary Clinton «donde me aclararon la postura del gobierno de Estados Unidos, y que están trabajando por el restablecimiento pací­fico de la democracia en Honduras y por mi restitución».

«Sé que el presidente (Barack) Obama está trabajando y tengo claro cómo ha sido su proceder», agregó.