Zelaya llamó a sus seguidores a reanudar las movilizaciones, suspendidas el jueves, aunque surgieron iniciativas para un diálogo con el gobernante de facto Roberto Micheletti, debido a que cuatro candidatos presidenciales hondureños que lo visitaron se negaron a presionar para que sea restituido en el poder.
«Exhortamos la Resistencia a mantener la batalla hasta que juntos, pueblo y presidente, logren las reformas constitucionales y la caída de los usurpadores», pidió Zelaya en un comunicado, leído por su colaborador Eduardo Reina.
Las reformas constitucionales que pretende realizar Zelaya incluyen la posibilidad de su reelección, y fue un detonante del golpe de Estado en su contra.
Mientras tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU exigió este viernes al gobierno de facto de Micheletti cesar el hostigamiento de la embajada de Brasil, en una sesión de urgencia destinada a debatir la crisis hondureña.
El Consejo llamó «al gobierno de facto en Honduras a dejar de acosar a la embajada de Brasil y a suministrarle los insumos necesarios, incluyendo agua, electricidad, alimentos y continuidad de comunicaciones», dijo a la prensa la presidenta de turno de ese órgano, Susan Rice (Estados Unidos).
Rice agregó que «el Consejo de Seguridad llama a todas las partes a permanecer en calma y abstenerse de acciones que puedan provocar una escalada de la situación o coloque a individuos en riesgo».
El canciller brasileño, Celso Amorim, pidió un pronunciamiento del Consejo para poner fin al «acoso» de la embajada, denunciando que estaba «virtualmente sitiada» luego de que Zelaya se refugió en ella tras regresar en forma subrepticia al país el lunes.
La sede diplomática brasileña es objeto de «actos de acoso», incluyendo cortes de agua y electricidad, equipos de agresión sonora y obstáculos a la libre circulación del personal diplomático, agregó Amorim.
El régimen de facto, que el lunes cumplirá tres meses en el poder, anunció el jueves que aceptó una propuesta del ex presidente estadounidense y Premio Nobel de la Paz Jimmy Carter, para que visiten Honduras en misión mediadora el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, y el vicepresidente de Panamá, Juan Carlos Varela.
Sin embargo, Arias, también Premio Nobel de la Paz, dijo este viernes que no pretende viajar por ahora a Honduras y que le recomendó a Carter que tampoco vaya.
«No, no he pensado en eso (en ir a Honduras) en estos momentos», declaró Arias desde Nueva York a la radio Monumental de San José.
«Roberto Micheletti dijo que él quería que yo fuera con Jimmy Carter. Yo hablé con el (ex) presidente Carter, le dije que yo no quería ir en estos momentos, que él tampoco debería ir», expresó Arias.
Arias había servido como mediador en la crisis hondureña, pero su propuesta para superar el conflicto, presentada hace dos meses y que contemplaba la restitución de Zelaya en el poder, nunca ha sido aceptada por Micheletti.
Para recibir a Arias y Varela, el régimen de facto pidió a la Organización de Estados Americanos (OEA) que postergue la visita a Honduras de una misión integrada por su secretario general, José Miguel Insulza, y varios cancilleres.
Zelaya dijo este viernes que «no hay manifestaciones» que demuestren que Micheletti está verdaderamente comprometido con el diálogo.
«Se han establecido enlaces informales para que inicien las pláticas que conlleven al diálogo, pero esto no podrá avanzar hasta que se vea un cambio de actitud en el actual régimen de facto», agregó Zelaya.
El Consejo de Seguridad de la ONU exigió hoy al gobierno de facto de Honduras cesar el hostigamiento de la embajada de Brasil donde se encuentra refugiado el presidente depuesto Manuel Zelaya.
El Consejo de Seguridad llamó «al gobierno de facto en Honduras a cesar de acosar a la embajada de Brasil y a suministrarle los insumos necesarios, incluyendo agua, electricidad, alimentos y continuidad de comunicaciones», dijo a la prensa la presidenta de turno de ese órgano, Susan Rice (Estados Unidos).
El pronunciamiento del Consejo fue el desenlace de una reunión convocada a pedido de Brasil, cuyo canciller Celso Amorim presentó un informe oral denunciando los «actos de hostigamiento» contra la sede diplomática.
«Los miembros del Consejo destacaron la necesidad de respetar el derecho internacional, preservando la inviolabilidad de la embajada de Brasil en Tegucigalpa» y de «garantizar la seguridad de los individuos en sus locales».
Centenares de soldados y policías antimotines fuertemente armados rodean la embajada, situada en una céntrica zona de Tegucigalpa, donde el derrocado Zelaya permanece junto a seguidores y algunos miembros de su familia.
Rice destacó que «el Consejo de Seguridad llama a todas las partes a permanecer en calma y abstenerse de acciones que puedan provocar una escalada de la situación o que coloque a individuos en riesgo».
Según Amorim, «la embajada ha estado virtualmente sitiada» desde el lunes pasado, cuando el presidente constitucional hondureño Manuel Zelaya halló refugio en ella tras ingresar de incógnito al país.
«El gobierno de Brasil está muy preocupado de que la misma gente que perpetró el golpe de Estado en Honduras puede atentar contra la inviolabilidad de la embajada para detener por la fuerza al presidente Zelaya», agregó.
Amorim dijo que la sede diplomática «ha sido sometida a actos de acoso e intimidación por las autoridades de facto», incluyendo cortes de agua y electricidad, bloqueo de comunicaciones, equipos de agresión sonora y obstáculos a la libre circulación de personal y víveres.
Este viernes, Zelaya pidió la intervención de la Cruz Roja Internacional ante lo que definió como la difusión de un gas tóxico en las cercanías de la embajada donde está refugiado. Un vocero de la Policía hondureña lo negó.
El canciller denunció esas acciones por constituir una «clara violación» de la Convención de Viena y obtuvo de inmediato del Consejo de seguridad de la ONU la «condena expresa» que reclamaba para evitar cualquier otro acto hostil.
En Honduras, el presidente de facto Roberto Micheletti anunció el jueves que aceptaba reanudar el diálogo con el derrocado Zelaya en busca de solucionar la crisis.
Sin ir más allá en el frente político, el Consejo de Seguridad de la ONU se limitó a expresar «su apoyo a los esfuerzos de mediación regional de la OEA, incluidos los realizados por el presidente (de Costa Rica) Oscar Arias para hallar una solución pacífica».
Amorim comentó a la prensa que era «un inicio» el anuncio del régimen de facto de Honduras de que acepta dialogar. «Creo que eso es un inicio», dijo, aunque se mostró cauto: «No sé cuál va a ser el resultado».
El canciller reiteró que su país no tiene nada que ver con el reingreso de Zelaya a Honduras, de donde fue expulsado tras el golpe de Estado que lo derrocó el 28 de junio.