¿Ha oído Ud. alguna vez que se hable de resarcir a las familias de los soldados, de los especialistas y de los oficiales del Ejército de Guatemala que murieron durante el conflicto armado?
¿Cree Ud. que estos elementos del Ejército que en un tiempo se consideraron mártires por la defensa de la soberanía del país, hubieran combatido si hubieran creído que estaban del lado equivocado?
¿Se ha preguntado alguna vez, que como es posible que hayan muerto miles de soldados, si lo que atacaban eran poblaciones pacíficas con gente desarmada?
¿Tiene alguna idea de por que el Ejército nunca ha revelado ni ha documentado, los muertos, heridos, mutilados, despedazados que tuvieron durante esos años de lucha armada?
Todos hablan, repiten, acusan, pero nadie analiza si lo que se dice tiene sustento lógico, sino que sólo se concretan a repetir lo que otro dijo para darle validez a aquella máxima que una mentira dicha un millón de veces se convierte en verdad.
Se habla de ataques a poblaciones, pero no ha oído que se hable de ataques a destacamentos militares, se dice que murieron mujeres y niños, pero no se dice que fue en ataques de la guerrilla a destacamentos, para que se asuma que murieron en ataques a poblaciones. En fin es una guerra de acusaciones pero siempre dejando la puerta abierta para que se dé vuelo a la imaginación.
El señor Torres de origen argentino que vino a asesorar a Orlando Blanco, en las declaraciones que dio, expuso claramente cual es el plan de batalla que usan para condenar a elementos del Ejército. En sus declaraciones se aprecia que los planes de operaciones en realidad solo los necesitan por la firma, para enjuiciar al que estampó la rúbrica, aunque este no sepa ni lo que está pasando ni el plan revela exactamente  como cumplir los objetivos.
Lo que sí es cierto es que los planes son más doctrinarios que descriptores de operaciones, que al igual que se usan en una guerra irregular como es la guerra de guerrillas, esa misma doctrina se usa para la guerra regular, así que revelados los planes doctrinarios, si tuviéramos algún conflicto con un país vecino, nos meterían una buena revolcada que una semana después de cruzar la frontera, estarían cenando en el Palacio Nacional.
Yo más creo que todo este escándalo es un distractor, pues hasta el Gobierno pagó a los grupos que vinieron a manifestar y sería ilógico que él mismo se genere su propia desestabilización. Por lo menos ahorita nadie está preocupado de que no han entregado la información de lo que se pierde en Mi Familia Progresa, nadie habla de los candados que se le quitaron al presupuesto para hacer chinche. Eso es lo que flota, pero lo que va bajo el agua nadie lo ve, peor que el actual gobierno se encarga siempre de que el agua esté turbia, tanto o más que todas sus actuaciones.