Zapatazo a juicio


Esta foto de diciembre del año pasado muestra al periodista iraquí­ Muntazer al-Zaidi cuando le tiró sus zapatos al entonces presidente de EE.UU., George W. Bush, durante una rueda de prensa en la que se convirtió en héroe para el mundo  árabe. FOTO LA HORA: AFP SAUL LOEB

El periodista iraquí­ Muntazer al Zaidi, célebre por lanzar en diciembre sus zapatos al entonces presidente estadounidense George W. Bush en una rueda de prensa en Bagdad, alegará mañana que ejerció su derecho a la «libertad de expresión» en la apertura de su juicio.


Este joven reportero de 30 años, de la cadena de televisión Al Baghdadiya, será juzgado ante la Corte Criminal Central de Irak, competente para los casos de terrorismo y situada en la ultraprotegida Zona Verde de Bagdad.

Al Zaidi, que se expone a hasta 15 años de prisión por «agresión a un jefe de Estado extranjero», es ahora un héroe en el mundo árabe.

«Exigimos la anulación del proceso y su liberación», declaró Dhiaa al Saadi, que dirige el equipo de defensa del periodista, compuesto por 25 abogados.

«Sólo hací­a que protestar contra la ocupación» al arrojar su zapatos a Bush, defendió el letrado.

El 14 de diciembre de 2008, en plena rueda de prensa del entonces hombre más poderoso del mundo y del primer ministro iraquí­, Nuri Al Maliki, Al Zaidi se levantó bruscamente, gritó «Â¡esto es un beso de despedida, perro!» y lanzó sus zapatos a Bush, que llegó a esquivarlos.

Varios periodistas iraquí­es lograron reducir a Al Zaidi, hasta la llegada de los servicios secretos iraquí­es y estadounidenses.

Según el artí­culo 223 del Código Penal iraquí­, este gesto podrí­a costarle entre 5 y 15 años de cárcel, si el juez conviene que fue «una agresión caracterizada».

Pero el tribunal podrí­a estimar que se trató únicamente de una «tentativa de agresión», castigada entre uno y cinco años de prisión.

Saadi sostiene que «un zapato no es un instrumento para matar. Sólo querí­a insultar» a Bush, que realizaba su última visita a Irak como presidente estadounidense.

«Lo que pasó no se ajusta al artí­culo 223, porque sólo hací­a que expresarse y protestar contra la ocupación. Además, el artí­culo se refiere a las visitas oficiales en tiempos normales, y el paí­s está bajo la ocupación», insistió el abogado.

Varios colegas del periodista, que pidieron el anonimato, estimaron que no debe ser castigado.

«No querí­a despedirse de Bush de una forma convencional, se lo dijo a su manera», afirma uno de ellos.

«Tengo la impresión de que lo que hizo fue una especie de gesto patriótico, para paliar la tristeza de las viudas y huérfanos» de los iraquí­es muertos desde la invasión estadounidense de Irak en 2003, agrega otro reportero.

«Al Zaidi es alguien tranquilo, respetuoso, educado y profesional. No merece ser condenado y no deberí­a ser juzgado», agrega.

Su hermano mayor indicó que Muntazer no tiene intención de «pedir perdón».

Una polémica estalló tras su arresto, sobre las supuestas torturas que habrí­a sufrido en detención. El juez de instrucción, Dhiaa al Kenani, calificó las alegaciones de «mentiras».

El proceso estaba inicialmente previsto para el 31 de diciembre, pero fue aplazado en el último momento.

En cuanto a los zapatos, fueron destrozados por los servicios de seguridad como medida de precaución por si contení­an explosivos.

«Lo que pasó no se ajusta al artí­culo 223, porque sólo habí­a que expresarse y protestar contra la ocupación. Además, el artí­culo se refiere a las visitas oficiales en tiempos normales, y el paí­s está bajo la ocupación».

Dhiaa al Saadi

abogado defensor