Que guí­es mis palabras para que sólo expresen la verdad, pero cierra mis labios y oí­dos a la murmuración y aléjame de la falsedad.

Que disciplines mi carácter y mi voluntad para no darme por vencido, pero muéstrame cómo conocer cuando estoy equivocado en mi camino. Dame claridad de pensamiento para saber encontrar la oportunidad; pero concédeme la diligencia que dará fruto a mis esfuerzos.

Que me ayudes a desarrollar buenos hábitos y a ser cada dí­a mejor; pero inspira mi corazón para que en él siempre haya comprensión hacia los hombres.

Que me enfrentes al odio y a la ingratitud para que aprenda a conocerlos, pero que crezca a mí­ de tal forma el amor que pueda darlo a los que me aman y a los que no.

Que me dejes intentar lo que otros no han alcanzado; pero vigila mis pasos para que pueda arrancar el éxito de entre sus gracasos. Enfrenta mi alma con temores y angustias que le den templanza, pero concédeme que pueda reí­rme de mis dudas.

Que me des el tiempo suficiente para lograr mis propósitos, pero dame el valor, la fe y el coraje para vivir el dí­a de hoy como si fuera el último de mi vida.

Nada es posible para el hombre sin que exista la voluntad de Dios.