Durante meses los amigos de la bohemia
trataron de sacarme de mi casa
para ir a libar.
Pero el yo danzante girador cayó
y triunfó el yo dominador.
Eduardo Alfonso Luna Estrada
A-1 309873
Comparo la libación a lo siguiente:
Mi conocimiento es como la cabeza de un alfiler,
que de ese tamaño lo puedo defender muy bien,
pero si me posee la ambición,
y trato de tener conocimiento
comparable al tamaño de una ballena,
pararía totalmente loco sólo con la aleta.
Así pues, hay muchos que creen acabar con la
licorera y es ella la que acaba con ellos.
Dicen que el licor es el elixir de los dioses,
yo sé que es horrible su sabor,
por algo le dicen aguardiente,
porque al estómago hace retorcer y al hígado enfermar.
Dicen que con el licor se disipan tus penas,
yo si que no, porque con el tiempo
casi ni de tu nombre te acordarás
o un comino te importará,
y de plano hasta el empleo perderás,
convirtiéndote en el as del malabarismo
en equis con cuerda ficticia.
Yo te aconsejo a que tengas ánimo recto y disciplinado, con buena fuerza de voluntad,
que venzas tus problemas como los hombres de recto vivir, para que así cuando te acuestes libre del licor
te encomiendes a Dios, porque es muy lindo cada noche una oración al cielo elevar,
y no que bien ebrio cada noche en una acera
te acuestes y que al día siguiente despiertes,
¡como Dios te mandó al mundo!