«Yo no tengo miedo, lo único que hago es trabajar»


La piña es una fruta tropical originaria de Brasil y se cultiva en varios departamentos del interior. Muchos son los que se benefician de este producto, desde los que la cosechan hasta los que la disfrutan; y Juan Carlos, todos los dí­as, lleva consigo más de cien piñas para ganarse la vida honradamente y venderlas en las calles de la ciudad.

Eddy Coronado
lahora@lahora.com.gt

Los guatemaltecos se distinguen por ser trabajadores y luchadores; todos quieren un mejor lugar para vivir y ganarse la vida, aunque no todos tienen las mismas oportunidades para hacerlo, como señala Juan, quien se lamenta por estar lejos de su familia porque en Quiché, de donde es originario, no logró conseguir un trabajo que le ayude a vivir cerca de sus seres queridos.

Todos los dí­as recorre las calles de la ciudad para vender piñas, un oficio que es digno de admirar porque con la carga encima lleva lo necesario sobre su carreta -una adaptación de llantas de carro que llevan tablas de madera arriba para formar una plataforma-.

¿Cómo comenzaste a vender piñas?

Antes trabajaba en la Terminal, pero no ganaba bien y algunos amigos me dijeron que fuera a vender a las calles para que me fuera mejor, y me prestaron una carreta y comencé a vender todos los dí­as.

¿Cuántas piñas comprás a diario?

Cien piñas, pero a veces termino y a veces no.

¿A qué hora comenzás a vender?

A las ocho salgo con mi carreta, durante todo el dí­a trabajo hasta las seis y media de la tarde.

¿Cuántos años tenés?

Tengo 24 años.

¿Estás soltero o casado?

Estoy casado, tengo nueve meses de estarlo, aunque todaví­a no tengo hijos.

¿Viví­s con tu esposa?

No, ella vive en Quiché y algunas veces me visita, pero por lo general yo viajo cada semana o cada quince dí­as.

¿Desde dónde caminás con el producto que ofrecés?

Desde la Terminal salgo y camino algunos dí­as las zonas 5, 9 y en la mayorí­a de calles de la zona 1 hasta el Parque Central.

¿Cuánto cargás a diario?

Como ocho quintales diarios, cuando salgo es lo difí­cil porque de regreso ya llevo menos.

¿Desde hace cuánto tiempo trabajás en esto?

Hace cuatro años me vine, porque allá (en Quiché) no consigo trabajo y si consigo, sólo gano 30 quetzales al dí­a, aquí­ cuesta también pero por lo menos gano un poco más.

¿Con quién viví­s entonces?

Toda mi familia está allá, yo solo estoy aquí­ y alquilo un cuarto en la Terminal.

¿Qué haces en tus tiempos libres?

Para distraernos en las tardes o bien por la noche jugamos futbol con mis amigos.

¿Tenés un dí­a fijo de descanso?

No, trabajo todos los dí­as, sólo cuando visito a mi familia, de lo contrario trabajo hasta los fines de semana.

¿Qué se te dificulta en tu trabajo?

Los que molestan mucho son los de la policí­a de abastos y me han dicho que me van a quitar la carreta, cuando eso pasa la echan a un camión y se la llevan, a algunos de mis amigos ya les ha pasado. Pero yo no tengo miedo, porque si los ladrones no tienen miedo de andar en la calle y yo lo único que hago es trabajar.

¿Es peligroso?

No, aquí­ es tranquilo, hay veces que los pegamenteros me piden pedazos de piña, pero de ahí­ no pasan.

¿En qué meses se vende más?

Cuando hay calor, en tiempo de verano.

¿Si pudieras cambiar algo de Guatemala qué cambiarí­as?

Las oportunidades de trabajo, eso es importante para que la gente no se dedique a otras cosas, también es bueno ayudar a los niños a estudiar porque así­ se preparan para futuros trabajos y lo más importante es que la Policí­a no moleste a las personas trabajadoras porque ellos (la policí­a de abastos), sólo vienen a molestarnos y no dejan trabajar.

Semblanza

Nombre: Juan Carlos Osorio

Edad: 24 años

Originario: Quiché

Estado Civil: Casado

Oficio: Vendedor de piñas

Pasatiempos: Jugar futbol

Para nosotros en Diario La Hora, es importante valorar el esfuerzo y trabajo que cada guatemalteco hace dí­a a dí­a, para superarse, apoyar a su familia y contribuir con el paí­s. Por este medio, reconocemos su labor, la agradecemos y, sobre todo, la valoramos, pues estamos convencidos de que la suma de todos los chapines que deseamos una mejor Guatemala, nos podrá llevar al cambio y desarrollo que tanto deseamos.