Yan Pei-Ming va a organizar los «funerales» de la Gioconda en el Louvre


Fabienne Faur

El artista Yan Pei-Ming aborda el «tema más célebre del mundo» al organizar «los funerales de Mona Lisa», inmenso cuadro en cinco partes que será expuesto a partir del 12 de febrero próximo en el Museo del Louvre.


Esta exposición se inscribe en la polí­tica adoptada por el museo parisino desde hace varios años, destinada a recibir el arte contemporáneo y las obras de artistas vivos en exposiciones temporales.

Yan Pei-Ming «sólo ha tenido una limitación, la del lugar», afirma Marie-Laure Bernadac, encargada del arte contemporáneo en el Louvre y comisaria de la exposición.

El artista franco-chino, de 48 años de edad, célebre por sus inmensos retratos de Mao, de Buda y, más recientemente, de Barack Obama y John McCain durante la campaña electoral estadounidense, decidió «abordar el tema más célebre del mundo», el de la Gioconda, declaró él mismo a la prensa.

«Cuando estaba en China, todos mis amigos artistas copiaban la Gioconda. Es la pintura más popular, la más célebre» del mundo y ha inspirado a «tantos y tantos artistas», agrega Yan, que se fue de China en 1980 y vive desde entonces en Francia.

La obra, en proceso de realización en el taller del artista en un suburbio de Parí­s, se divide en cinco inmensas telas de tres metros de altura.

En el centro se encuentra Mona Lisa tan cual todo el mundo la conoce. A ambos lados de la dama florentina se extienden dos inmensos paisajes que prolongan el del cuadro original. Pero éstos están salpicados de cráneos. Siguen un retrato del padre de Yan Pei-Ming, que falleció recientemente, y un autorretrato del artista «que finge estar muriendo».

El artista chino, locuaz y de gran sentido del humor, declara que se siente a la vez «intimidado, angustiado y encantado» de exponer en el Museo del Louvre.

El problema es que los pintores expuestos en él «están todos muertos, y yo estoy vivo», señala, antes de explicar que «para no caer en la trampa de la rivalidad con la pintura antigua», optó pon pintar en gris y blanco.

«Hago que la Gioconda esté acompañada por mi padre muerto, que así­ se torna inmortal. Hago que él entre en el Louvre», declara Yan Pei-Ming.

En cuanto a los cráneos, se trata «de autorretratos», puesto que fueron copiados de un escáner del cráneo del artista.

«Los funerales se organizan cuando todo ha terminado, pero la pintura es eterna», afirma a modo de conclusión.

La obra «Los funerales de Mona Lisa» será expuesta del 12 de febrero al 18 de mayo de 2009 en el salón Denon del Museo del Louvre, una gran sala de paredes rojas situada junto a la que contiene los cuadros de gran formato del siglo XIX.