Ya va uno y quedan tres


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Desde los faferos, hasta los expertos, todos tienen como tema primordial el analizar el primer año de gobierno del presidente Otto Pérez, aunque muy pocos piensan en que faltan tres, sin sombra de duda alguna, pues el Ejército, gestor, promotor y líder de los golpes de Estado, está más alineado que nunca, con su comandante general, lo que implica que todo será parte sin novedad.

Héctor Luna Troccoli


En cuanto a este primer año, es necesario señalar algunas cosas que por alguna razón se les ha escapado a los analistas. Lo primero, que tuvimos y tenemos un gobierno fragmentado en grupos y grupitos, liderados por la señora Baldetti, el propio presidente Pérez Molina y en menor medida por Alejandro Sinibaldi que añora la presidencia, en lugar de la alcaldía. Es interesante notar que los hombres de confianza del mandatario, aparte del grupo9 de militares conocidos y desconocidos que están cerca de él, tenemos entre los civiles a Pavel Centeno, Finanzas; Lucy Lainfiesta, Desarrollo; Tono Arenales, Sepaz; Juan de Dios Rodríguez hasta hoy secretario privado; Ulises Anzueto, defensa; Fernando Carrera, relaciones exteriores; Mauricio López Bonilla, gobernación, quienes, a no ser que ocurra otro terremoto, serán inamovibles aunque a la vice algunos no le gusten.

El distanciamiento entre el gobernante y la vicegobernante ha sido evidente, después de que tuvieran un inicio de poco tiempo donde parecían muy unidos. Si hablamos de logros en este gobierno han sido pocos y aunque para algunos parezca impensable, creo que solamente Gobernación y en cierta medida Comunicaciones, han hecho algo, pero en ambos casos, lo malo sobrepasa toda acción que pretendan llevar a cabo.

Un error del Presidente ha sido convertirse, casi cotidianamente, en el apagafuegos y defensor de lo indefendible, debido a metidas de pata de sus subalternos, cuando sería más beneficioso que el que metió la pata trate de sacarla y si no puede lo manden a su casa. Tengo entendido que existe un secretario de Comunicación que se supone es el vocero presidencial, pero aquí ocurre lo contrario, el que ocupa los dos puestos es el general Pérez Molina que tiene que estar saliendo al paso ante cualquier situación que se presenta, grande o pequeña, importante o no. Ojalá que en los tres años que faltan, el Presidente sea el Presidente, es decir, representante de la unidad nacional, comandante general del Ejército, jefe de Estado, lo que implica nombrar y remover a los que no funcionan, especialmente sus asesores.

El problema son los tres años que faltan, cargados de conflictividad de todo tipo, donde se necesitan verdaderos operadores políticos, que tengan la inteligencia, la astucia, la habilidad y el conocimiento para poder dialogar y llegar a acuerdos.

A lo anterior hay que agregar que la campaña anticipada, se anticipó aún más y ya Baldizón abiertamente, doña Sandra, discretamente, Alejos, semiencubierto, Sinibaldi, oculto y hasta Giammattei y posiblemente Rabbé, Suger y Caballeros se sumarán a la lista de ungidos para rescatar al país, junto con el ungido del PP que podría ser doña Roxana o algún otro “gallo tapado” que sería destapado por el CACIF y el Ejército, como en los buenos tiempos.

Pero eso no es todo, en el 2012, observamos a un Congreso que sobrepasó en males a todos los anteriores, no solo en falta de trabajo, sino en cinismo, negocios turbios, indolencia, incapacidad, etcétera, que demostraron la mayoría de diputados, con muy contadas y raras excepciones. Y la cosa seguirá igual si no es que más peor.

En el tema de la corrupción mucho de bla, bla, bla, pero lamentablemente, mientras los principales responsables de este mal sigan aliados como uña y mugre -sector privado y funcionarios- la cosa seguirá lo mismo.

¿Y la impunidad? Pues ha mejorado por la gracia del diablo, dicen.