Ya no quieren más latinos (2ª. Parte y final)


Finalmente el Senado estadounidense le dio la espalda al proyecto de reforma migratoria que ha estado por varios meses saliendo y entrando de esa Cámara en ví­a de lograr un consenso. Este último jueves, los partidarios que apoyaban la reforma no pudieron capturar los 14 votos que faltaban para alcanzar los 60 necesarios que hubieran limitado el debate y allanado el camino para su aprobación. Me sorprendió que el apoyo no haya llegado ni a 50 senadores, por lo que lo más probable sea, que este proyecto de ley quede archivado hasta «nuevo aviso». La medida que impulsaba el presidente George W. Bush pretendí­a frenar la inmigración ilegal al mismo tiempo de implantar un proceso para que los 12 millones de indocumentados, que viven en Estados Unidos, pudieran salir de las sombras e integrarse oficialmente al mundo social y económico de ese paí­s.

Guillermo Wilhelm

Es una nueva realidad descubierta en los albores de los 90`s, y el grupo anglosajón ha dispuesto cargar sus baterí­as en contra de la principal minorí­a de ese paí­s, la población latinoamericana, que con una cantidad de 44.3 millones de personas y con la taza de crecimiento más alta de ese paí­s, el 3.4 % anual, hoy se constituye en casi el 15 % de la población estadounidense. La preocupación es inobjetable, y esta era una nueva ley, que aunque con términos muy difí­ciles, pretendí­a sacar a los indocumentados de las sombras, pero también apostaba a frenar de manera tajante la inmigración desde el sur de la frontera. Pero no olvidemos que el aborto a la nueva ley de inmigración es temporal. A causa de las elecciones en ese paí­s el próximo año, considero que lo más probable es que el proyecto de reforma migratoria sea retomado hasta en el 2009, cuando ya se haya instalado un nuevo Presidente en la Casa Blanca y se haya formado un nuevo Congreso. Esto al mismo tiempo que se convierte en un verdadero limbo para nuestros compatriotas en Estados Unidos, por el tema de las remesas, también representa un respiro para el paí­s.