Pese al aumento de la cobertura del sistema educativo en las últimas décadas, el analfabetismo y el analfabetismo funcional siguen siendo problemas relevantes y urgentes para la cohesión de la sociedad. Guatemala es el país en América Latina que presenta la situación más crítica con más de la mitad de su población de 15 años o más, sin educación o con escolarización escasa.
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El concepto de analfabetismo cambió mucho durante los últimos años. En 1958, la UNESCO definió como analfabeto al individuo que no pudiese leer o escribir algo simple. Veinte años después, se adoptó el concepto de analfabeto funcional: es la incapacidad para comprender las ideas explícitas e implícitas de un texto y emitir un juicio crítico sobre éstas. Por recomendaciones de la UNESCO, en la década de 1990 se divulgaron índices de analfabetismo funcional, y se definió como tales a las personas con menos de cuatro años de escolaridad; sin embargo, el analfabetismo funcional también se registra en países desarrollados y en personas culturizadas. Es un problema habitual del sistema educativo en países de pocos recursos en los que el acceso a la educación es muy limitado y que solo enseña a mecanizar, memorizar y apretar botones. Creo que la solución está en que se debe enseñar a pensar y analizar para tener un pensamiento analítico; no es algo que se logre de un día para otro, para ello debe fomentarse la lectura, apreciar y practicar las bellas artes en lo posible, evitar el enajenamiento de la TV y los juegos de video. En otras palabras: activar el cuerpo y la mente con una educación más integral. La televisión se convirtió en una especie de eje de la vida en familia y una interesante ventana hacia un mundo más interconectado, pero quienes se convierten en adictos a ella terminan absorbiendo estereotipos e ideologías de sistemas ajenos a su identidad y realidad (telenovelas). Lo que trae como consecuencia vivir limitados por la comodidad de la información previamente digerida, sin juicio propio y con muy poca capacidad de discernimiento personal (telenoticieros, radio periódicos). En buena medida, el analfabetismo funcional comienza en el hogar, con la débil formación de valores orientados hacia el estudio y la lectura. Pero también por la falta de una educación escolar que promocione mejor los hábitos de investigación, aprendizaje y trabajo. Su origen y las posibles salidas para superarlo se asocian al conjunto de la realidad socioeconómica y al grado de desarrollo de las distintas regiones de un país, a las diferencias de los procesos de urbanización y al atraso rural, a las desigualdades educativas y de género y a los problemas étnico-culturales no resueltos. En los últimos años, el Mineduc se concentró en alfabetizar pero no aumentó el nivel y la calidad de la educación. La consecuencia es que el ciudadano promedio tiene poca capacidad para comprender lo que lee y limitantes para expresarse con claridad.