Es grave y por demás deplorable la situación que afrontan millares de guatemaltecos en los Estados Unidos de América y, asimismo, la que han afrontado centenares de ellos que han sido deportados, quienes acariciaron el ya engañoso «sueño americano».
Muchos de esos compatriotas viajaron indocumentados hacia la gran nación norteamericana pensando que mejorarían su condición económica para volver algún día al regazo de la patria y vivir a salvo de los azotes de la pobreza.
Otros decidieron irse por mero espíritu de aventura; por el deseo de cambiar de ambiente y así mejorar personal y familiarmente en todo sentido.
No faltaron los que consideraron que todo era de color de rosa para ganarse la vida con el sudor de su frente, con halagí¼eña remuneración, en los grandes entes empresariales.
Muchos trabajadores no bien calificados o nada calificados como tales se fueron por mera «novelería», como se dice corrientemente, pero al toparse con duras realidades tuvieron que sufrir todo un vía crucis y terminaron dedicándose a engrosar las filas de malhechores, verbigracia las pandillas o «maras» que han llegado a constituir un serio problema para las autoridades estadounidenses y para la sociedad en general.
Lo que debería hacer el gobierno que preside Mr. Bush es ordenar que se escudriñen las entretelas de los que han quedado y, si se comprueba que son buenos laborantes, honrados que no los expulsen como se ha estado haciendo. A los mal portados, pues… ¡a volar sin mayores ceremonias!
Grupos de bochincheros y de ribete anárquicos están protestando a voz en cuello y pintarrajeando muros con sus consignas propias de la politiquería y de una trasnochada ideología, amén de anotar expresiones de mala cultura, nada «elegantes», todo eso por motivo de las redadas de guatemaltecos indocumentados que están haciendo los funcionarios de migración en las ciudades de nuestro primos del norte para luego ser deportados en forma censurable hacia nuestro solar patrio, pero debe comprenderse que todos los Estados tienen perfecto derecho a sacar a las personas que se han colado como cualesquier intrusos, sin obtener la papelería correspondiente.
Continuará