El Director del Sistema Penitenciario, Sergio Camargo, dijo ayer que se presentará un proyecto para privatizar la mayor parte operativa de los centros de detención, pero que se reservarán el control de la seguridad y la reinserción social de los privados de libertad que, por cierto, es un total desastre.
La idea parece de broma porque con la intención de mostrar un paso a la eficiencia se han tomado decisiones similares pero resulta que, como generalmente pasa, en Guatemala hay gente capaz en convertir todo en millonario negocio sin que se resuelva el problema y, para muestra, allí está el oneroso negocio de la alimentación de reos y la notoriamente cuestionada forma de adjudicación de los contratos. Concesión y privatización significan más negocios.
Además, si lo que quiere Camargo es entregar la administración de los servicios y las áreas de los centros de detención, muchos dirán que es un proceso que ya se hizo porque ante la incapacidad y/o complicidad de las autoridades del Sistema Penitenciario, los reos son los que tienen el control, deciden, se dan salidas y tratos especiales sin que pueda nadie ponerle un alto a la situación de total descontrol que existe.
El Sistema Penitenciario tiene muchas necesidades urgentes pero no una tan importante como la clasificación de reos para poder hacer el manejo de rehabilitación, seguridad especial y diseño de reclusión por áreas específicas. La mayor parte del desmadre que se tiene es porque, convenientemente, se mezclan asesinos, secuestradores, extorsionistas, etc., con detenidos por casos de estafa, juicio por alimentos, accidentes de tránsito, etc. Esto les crea el escenario ideal a los reos para que impongan la ley del “más fuerte” para que se vendan hasta los espacios para dormir y el tiempo de uso de celulares, licor, drogas, etc. La complicidad y sociedad de los funcionarios y guardias en el negocio y la operación criminal que se maneja desde dentro de las cárceles es la única forma en que puede llevarse a cabo.
Si no se puede hacer el trabajo, empezando por la recuperación del control en los centros de detención y el manejo adecuado de cada área según las necesidades que se plantea para los internos, habrá que buscar a personas que sepan hacerlo. Tradicionalmente en Guatemala se ha obviado el nombramiento de expertos en áreas que necesitan cambios radicales para salir de situaciones absolutamente insólitas. En el caso de los presidios, no se ha contemplado el nombramiento de personas que lo puedan transformar, sino de “administradores” de las gestiones que, hoy por hoy están en manos de los reos.
MINUTERO:
Lima gana las concesiones
si privatizan las prisiones;
todo está ya privatizado
y nada tiene que ver el Estado