Ya está a poca distancia la hora de la verdad


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Ante la expectación del pueblo guatemalteco y de la opinión pública del exterior, se está acercando más y más el dí­a de la inquietante decisión ciudadana respecto del segundo aluvión de votos. ¡Y privan el nerviosismo y la incertidumbre!

Marco Tulio Trejo Paiz

 


En realidad, nos hallamos en la antesala del evento comicial del próximo domingo 6 de noviembre, y todos esperamos que el resultado de las votaciones sea de positivo beneficio para el paí­s sobre cualesquier intereses sectarios,  personales o bastardos.

      Los candidatos presidenciales de los partidos Patriota y Lider, Otto Pérez Molina y Manuel Baldizón, se aprestan a la disputa cí­vica con sus propias organizaciones y con las culas de los grupos y grupúsculos aliados de última hora.

    El Partido Patriota, como es sabido, barrió al baldizonismo y demás “ismos” en la primera andanada de sufragios, y es de pronosticar que supere la aplastante cifra del 11-9-11 con otro turbión de voluntades cí­vicas en la segunda jornada.
    Los señores del llamado partido Lider también se aprestan a la batalla final. Jalan que jalan y jalan a más no poder a entes de diversos colores y propósitos con tal de meter zancadillas, pero como que ni así­ confí­an en quedarse con la pretendida guayaba, ya que el contrincante es hueso duro, y todo induce a creer que es el del  “gordo”… Al candidato presidencial favorito –del PP– se le unió caballerosamente Harold con toda su caballerí­a y artillerí­a para agrandar la segunda marejada de votos. En la primera ronda no contó Caballeros con toda su gente porque tardí­amente lo inscribieron, pero el 6 de noviembre es posible que su caudal polí­tico sea como los rí­os crecidos del invierno que nos está diciendo adiós con sus rayos luminosos que vemos en lontananza…

    Cuantas veces hacemos contacto con Juan Pueblo para saber qué piensa u opina de los pretendientes a la señora Guayaba, nos dice que Pérez Molina lleva las de ganar fácil y ampliamente como en la primera vuelta (o más aún), seguido a la zaga por Baldizón no tan cerca. Y es que en el cargado ambiente capitalino y en el del resto del solar patrio se siente el peso del preferido. ¡El 6 de noviembre podremos comprobarlo!  Se le han unido muchos con coraje. 
    
    Al de peso completo de la batalla, o sea Pérez Molina, se le da crédito, con mucha confianza, en lo que dice y promete. Lo de mutatis mutandis; es decir, lo del cambio que ofrece y pregona en cuanto a la cosa pública y, por supuesto, al trabajo de Estado, ha pegado y lo viene promoviendo para sentarse en la mullida y codiciada poltrona presidencial con mayor apoyo que el 11-9-11.

    Varios de los ofrecimientos de Baldizón son difí­ciles de cumplir, no porque no pueda tener voluntad el oferente, sino porque es difí­cil, casi imposible convertirlos en realidad. Por ejemplo, entre otros, el del Bono 15 que vaciarí­a las arcas nacionales en no menos de la friolera de 10 mil millonadas de quetzales verdes, verdes, verdes, como dirí­a Miguel íngel Asturias. El Bono 14 apenas lo pueden pagar los mini-empresarios y otros.
   
    Lo que ante todo se requiere por ahora con urgencia entre la población es seguridad, pues con seguridad pueden caminar bien, como sobre rieles, el comercio, la industria, la agricultura, los transportes y todo lo demás que se enmarca en la vida activa y productiva. Y… ¡por favor,  no más desorden social ni corrupción!
   
    Valdrí­a la pena continuar, mas nos detenemos aquí­ no sin desear que los comicios de la segunda vuelta sean provechosos para la patria, para el pueblo y para el sistema democrático que, osada y aviesamente, cierta gente trata de sustituir por el liberticidio dictatorial y tiránico impuesto a lo ruso en el Caribe y en unos paí­ses sudamericanos.