¿Y si no aguantamos?


 El cinismo es puro dandismo intelectual

George Meredith

 

 ¡A mi Guatemala! Cuantas veces hemos leí­do y escuchado al famosa frase: «Que todos se levanten, nadie se quede atrás», pero en la realidad nos damos cuenta que cuando  unos intentan levantarse otros los vuelven a tirar.

Edith González

Y es que mientras en el paí­s hay cada vez más personas buscando ayuda espiritual que les brinda la religión, o la que proviene de los Coaching,  método que consiste en dirigir, instruir y entrenar a una persona para conseguir alguna meta; o hacerse un lavado de coco para tratar de pensar que todo está bien, y poder encaminarse a sus trabajos, los dirigentes jalan la cuerda para que el balde de agua frí­a les caiga y les retorne a la realidad o simplemente buscan poner el yugo para evitar que levanten la cabeza.

Las ya ampliamente criticadas declaraciones del vicepresidente Espada al referirse despectivamente a los guatemaltecos son una prueba clara y si a esto sumamos las ofrecidas recientemente por el presidente Colom, para aguantar lo que nos viene, porque no queda de otra…

La inseguridad con que vivimos es ahora peor que en la época del enfrentamiento armado, según opinan muchos, cuando los grupos guerrilleros a los que pertenecí­an los que ahora nos gobiernan, botaban las torres del tendido eléctrico, poní­an bombas quita pie y quemaban autobuses.

Que nos queda, cuando el ministro de Gobernación, Carlos Menocal, expresa que la falta de recursos para las fuerzas de seguridad es el punto que la hace débil. No recuerda que su antecesor entregó 250 millones de su presupuesto al programa de Cohesión Social, el que ha sido ampliamente criticado por la falta de claridad en el manejo de los fondos a más que resulta ser excluyente cuando «beneficia a unos, pero deja sin recursos al gobierno para invertir en Educación, Salud, carreteras y por supuesto en seguridad para todos.

El lunes recién pasado  17 personas sufrieron las consecuencias de la aplicación de la inteligencia del partido de gobierno, entre ellas una enfermera del Hospital Roosevelt quien luego de cumplir con su trabajo de atender a las ví­ctimas de la violencia, se dirigí­a a su casa a atender a su familia.

Ayer, un niño de 14 años fue capturado por disparar contra una unidad de transporte urbano, mientras el Ministro de Gobernación intenta minimizar su responsabilidad al expresar que es la falta de valores en el hogar lo que ha producido una sociedad violenta.

¿No será que la humillación a la dignidad, la violencia incontrolada y la amenaza de su continuidad por la incapacidad de la inteligencia de los gobernantes nos tienen en un Estado fallido polí­tico, económico, social, cultural y emocionalmente?