¡Y ni siquiera me di cuenta!


Hay eventos en la vida que por malos que sean, nos ayudan a darnos cuenta de los privilegios que tenemos en nuestra existencia. Tuve la experiencia reciente de sufrir un accidente de tránsito.  Aún me encuentro procesando esta vivencia;  he tenido muchos dolores en mi cuerpo, pero también me he sentido abatida emocionalmente. Sin embargo aún puedo relatar el cuento.

Dra. Ana Cristina Morales Modenesi

No sé qué pasó, mis memorias se borraron de este hecho, pero lo más importante es que ni siquiera me he dado cuenta de lo afortunada que he sido en mi vida.  Al contar con tanta gente maravillosa  que me ha proporcionado apoyo, ayuda, respeto y amor.

Casi me muero, pero la muerte pasó a mi lado, no quiso entrar en mi interior. 

Un camión me derribó, mi asiento del lado izquierdo me cuentan que quedó del lado derecho.  Tuve una magní­fica atención de parte de nuestros amigos los bomberos.  Es de lo poco que recuerdo, a un hombre vestido de bombero diciéndome: «Señora colabore, sino tendremos que usar éstas».  Puchis eran unas tijeronas y el cuadro parecí­a de una pelí­cula de terror, no sé si las usaron o no, pero lo que si sé, es que tuve mucho pero mucho miedo, y no sabí­a que era lo que requerí­an de mi persona. 

Bueno como les dije la muerte pasó a mi lado, sus intenciones no fueron llevarme, tal vez sólo querí­a que comprendiera más de la vida.

En el momento actual me encuentro con necesidad de ser asistida para movilizarme, para vestirme, para bañarme.  He encontrado a mucha gente que me llama, se preocupa por mí­, me proporciona apoyo, he tenido un reencuentro con quienes son mi familia.  Mis hijos que bañaba cuando pequeños, son los que me bañan, entalcan y acicalan.  Mis amigas y amigos casi en relación de hermandad.  Han estado pendientes de mis grandes y pequeños dolores, de mis necesidades y sobre todo con su fe en Dios han contribuido a que cada dí­a que pasa me sienta mejor, con mayor fuerza pero también con mayor humildad ante la vida.

Ni siquiera me di cuenta de manera anterior a mi accidente las lindas personas que rodean mi vida.  Quedo agradecida con Dios, con la vida, con mi familia y con todas y todos mis amigos fraternos que me han proporcionado momentos de alegrí­a dentro de mi sufrimiento.

Quise compartir esta historia personal con ustedes para que a manera de reflexión aprendamos de manera conjunta.  Sobre las lecciones de amor que la vida nos impone y a valorizar cada cosa que nos pasa, aunque la sintamos injusta, esta es una oportunidad de crecer y comprender sobre la vida que tenemos y como la estamos llevando.  Saludos, les quiero mucho y les deseo un Feliz Año Nuevo con muchas bendiciones para sus hogares.