Hemos leído los programas o planes de trabajo de los candidatos a ocupar la Presidencia de la República y casi todos coinciden en temas de: educación, seguridad, salud e infraestructura, algo del medio ambiente, inversiones y contrataciones para negociar nuestros recursos naturales.
Todo está bien pero falta algo que interese a un gran sector nacional como es la política salarial, podría ser que esté dentro de dichos planes pero escondida en quién sabe en qué capítulo; la cosa es que nadie lo ha dado a conocer públicamente ni en discursos ni en los tantos foros realizados con esa pléyade de cerebros privilegiados que más de algunos nos gobernará los próximos cuatro años.
Sólo ha habido una voz que es la del diputado de la UNE don Manuel Baldizón quien abogó en una ley la protección del adulto mayor sin cobertura social, pero una voz, quizá predicada en el desierto, porque, a pesar de que ya es ley no hay ninguna señal de su cumplimiento. Volviendo a los jubilados del Estado que somos un fuerte número de ciudadanos, es bueno recordarle a los presidenciables que este sector no es ya inútil ni pasivo, como lo han predicado las políticas neoliberales, somos un sector que consume: vestir, comer, curarse, energía eléctrica, combustibles, etc., eso indica que los productos de la canasta familiar, las medicinas y la ropa tienen gran demanda y obviamente contribuye al desarrollo económico de los productores formar parte del desarrollo nacional pues. Ojo entonces a los planes de bienestar social que hable de este asunto que aliviará en parte a sostener el actual alto coste de la vida.
Esperamos, aún es tiempo que haya algún pronunciamiento por parte de los que puntean en las manipuladas encuestas y que incluyan y anuncien que para los jubilados del Estado hay una política aparte y que tal política es incluyente dentro de sus planes de gobierno. Esperamos que así sea y que no volvamos a escuchar o leer que ciertos candidatos o candidotes anuncian que reducirán el Estado para tener nuevamente la oportunidad de hacernos «manos de mono» con nuestros activos y venderlos, estilo Guatel, empresa Eléctrica, Correos, etc. Ya que con ello se fomenta más el desempleo, la pobreza y lógicamente la delincuencia. Gracias señor Baldizón nuevamente.