¡Y LO PUSIERON EN UN PESEBRE!


MARíA, la Virgen Madre de Jesús, dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, todo porque no hubo lugar para ellos en el mesón. Así­ fue como en el Universo, antes que el mundo fuese; EL MíS GRANDE SER CREADO POR DIOS de su misma deidad y naturaleza llamado en el cielo CRISTO, al venir a nacer proféticamente revestido de naturaleza humana en esta tierra y en el vientre de una Virgen, nació con el nombre de JESíšS, para ser el Salvador del mundo; y fue acostado en el pesebre de un establo en Belén de Judea en Israel.

Santiago Villanueva Gudiel.

LO ACOSTARON EN UN PESEBRE como improvisada cuna que se convirtió en su virtual trono, del cual esplendió con la brillantez de su gloria, como oro puro, el olor a incienso y mirra que le llevaron los Reyes Magos, al autentico Rey de Reyes, y Señor de Señores, de hueso, carne y Sangre que vivió, hizo por los humanos obras de amor; murió para redimirnos y resucitó para estar con nosotros. No fue una figura histórica, ni simplemente objeto religioso, sino como dice en el Apocalipsis 1: 17/18:— No temas; Yo soy el primero y el último; el que vivo y estuve muerto; más he aquí­ que vivo por los siglos de los siglos. Amén. Y tengo las llaves de la muerte y del infierno–. LO PUSIERON EN UN PESEBRE porque no habí­a un lugar mejor para nacer en humildad y gloria; hecho de madera nacida de la tierra, como fue hecho Adán el primer hombre en este mundo. No nacido en un palacio de oropeles, ni en catedral de metales preciosos, porque para Dios el oro verdadero del ser humano es el corazón cambiado, del cual mana la vida y sus acciones. LO PUSIERON EN UN PESEBRE porque desde entonces el niño Dios pide el corazón como un pesebre, porque sólo en él se pueden guardar los tesoros de Dios por medio de la llave de la fe en í‰l; y sacar a la luz las cosas buenas y mejores para ser una nueva y mejor humanidad. En este año 2010 de la era Cristo céntrica, muchí­sima gente tiene aún el corazón vací­o sin el Hijo del Altí­simo, lleno de basura, que por naturaleza aní­mica y para su propia perdición no tiene lugar para Jesucristo, nacido hace más de 2010 años. Y sigue pidiendo que se le reciba para tener la vida verdadera, y que todo sea nuevo en el año venidero. Que con los ojos de la fe abiertos a las realidades de la vida corrupta, que solo í‰l puede cambiar a incorruptible, se reciba en el corazón y adore en Espí­ritu y en Verdad. Que í‰l nos quede en el corazón en una Nochebuena más, o acaso la primera, para que el mañana sea nuevo como todos los dí­as lo son; y esperar su regreso de los cielos. Y entonces decir: ¡GLORIA A DIOS! Que nos ha nacido en el corazón un Salvador, que es Cristo El Señor.