¿Y la inteligencia?


Ayer fue un dí­a trágico para las fuerzas de seguridad porque ataques evidentemente coordinados cobraron la vida de un agente de la PNC y causaron heridas a otros. La explicación del Gobierno es ya letaní­a: «Son reacciones del crimen organizado ante la presión que les están haciendo las autoridades», motivo por el cual, agregan, hay que esperar más violencia porque es momento de «aguantar».


Es justamente en estas circunstancias cuando más falta hace la cacareada inteligencia que tení­a que servir para combatir la violencia, puesto que estos ataques debieran ser prevenidos si el gobierno dispusiera de los instrumentos de inteligencia para controlar al crimen organizado. Si realmente estuvieran golpeando al crimen organizado como dicen, al punto de provocar reacciones violentas que cobran vidas, serí­a irresponsable actuar así­ sin tomar las provisiones necesarias para controlar la reacción. Cuando uno enfrenta a un enemigo tiene que prepararse para repeler cualquier tipo de contraataque y más si está la vida de alguien de por medio. No tener esa preparación es irresponsable y, en el extremo actual, criminal.

Por supuesto que la pita se rompe por lo más delgado y por ello es que los agentes de la Policí­a, los guardias de presidios, fiscales y demás operadores de justicia, son los que se encuentran en posición de mayor riesgo porque los jefes gozan de protección tal que les mantiene alejados del riesgo de una represalia. Por supuesto que si ellos, los jefes, corrieran el riesgo que corren los agentes de la PNC, por ejemplo, no moverí­an un dedo con tal de no provocar reacciones que pusieran en peligro su vida.

El tema de la ausencia de inteligencia se ha convertido en un chiste para ridiculizar al Gobierno por el efecto que tuvo su promesa electoral, pero es algo mucho más serio que un simple chiste. Es sumamente grave lo que está pasando porque ningún gobierno puede funcionar careciendo de los instrumentos de información idóneos para planificar sus acciones. Lo otro serí­a un salto al vací­o, dando palos de ciego sin ton ni son y evidentemente eso es lo que está ocurriendo en Guatemala. La implementación de servicios eficientes de inteligencia que se adelanten a las acciones de los criminales es una imperativa necesidad y por eso fue que la gente sensata pensó que Colom sabí­a lo que estaba haciendo cuando hizo la promesa de combatir violencia con inteligencia. Lamentablemente no fue más que otra de las tantas pajas que nos hablan durante los perí­odos electorales y es obvio que el Presidente y su equipo no tienen noción de lo que es usar la inteligencia en la lucha contra el crimen. Si lo supieran, hubieran evitado ya muchas muertes.