Y el número 600, ¿para cuándo?


Alex Rodrí­guez, tercera base de los Yankees, espera su turno al bat en el partido de anoche contra los Indios de Cleveland. El manager, Joe Girardi, observa el juego a su lado. A-Rod tiene pendiente un cuadrangular para llegar a la cifra redonda de los 600. FOTO LA HORA: AFP Gregory Shamus

Simplemente ya no es lo mismo, y la culpa no es toda de A-Rod. Seguro, él es uno de los culpables confesos de la era de los esteroides. Pero él no debe cargar con toda la culpa por el hecho de que su carrera hacia los 600 jonrones ha sido un tanto aburrida.

Redacción Deportes
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El tercera base de los Yankees se tardó 2.354 partidos para llegar al No. 599; después de irse sin hits en el juego del martes contra Cleveland, han pasado ya cinco juegos de espera para alcanzar la mini hazaña de los 600.

En otra época, cada uno de sus turnos al bate para intentar alcanzar el No. 600 provocarí­a muchas emociones de anticipación entre los aficionados del deporte. No sólo de los aficionados de béisbol. Dije los aficionados del deporte. Cada turno al bate en el que podrí­a conseguir 600 nos harí­a saltar sobre el control remoto del televisor. En cada lanzamiento aguantarí­amos la respiración.

Pero ahora mismo, no se siente así­.

A-Rod podrí­a batear el No. 600 en cualquier momento; y si lo hace — o cuando lo haga — el camino recorrido para llegar ahí­ merece una celebración, un laudo. Después de todo, él será tan sólo el séptimo pelotero en la historia con esa cifra. ¿Pero vale la pena esperar?

La triste realidad es que ya realmente no nos importa demasiado el récord de jonrones del béisbol, sea la marca de Barry Bonds de 762 o, si lo ves de otra manera, la marca de 755 de Hank Aaron. Al menos, realmente no nos importa como antes.

En un momento fue el récord más venerado en los deportes; ahora es el más vergonzoso. Simplemente no goza de la misma alta estima.

En cierto sentido, nosotros los fanáticos somos como amantes menospreciados. Nuestros corazones quedaron rotos y no vamos a dejar que nos pongan en la misma posición de quedar heridos, al menos por un tiempo razonable.

De nuevo, esa no es razón para culpar a A-Rod, al menos no completamente. Ni siquiera puedo culpar por completo a Mark McGwire, Sammy Sosa, Rafael Palmeiro, Roger Clemens, Jason Giambi, Bonds o cualquier otra cantidad de jugadores cuyos rostros por siempre ilustrarán la era de los esteroides del béisbol. Esos hombres, como dijo recientemente Andre Dawson en su discurso de exaltación en Cooperstown el pasado fin de semana, son los «individuos que han elegido el camino incorrecto y han elegido que ese sea su legado.

Tampoco se culpa del todo al «béisbol», esa entidad sin rostro que a veces se le acusa de haber provocado todo el desastre de los esteroides al hacerse de la vista larga ante las drogas para el rendimiento atlético. En un esfuerzo de revivir la popularidad del béisbol hace una década, dicta esa lí­nea de pensamiento, los oficiales del béisbol permitieron que algunos jugadores poco por encima del promedio pegaran jonrones más allá de los lí­mites de los mortales. Ellos sabí­an que a nosotros nos gustaba el jonrón.

Bueno, ya el jonrón no nos impresiona tanto. Al menos no de esa manera. Y hay culpa suficiente para repartir entre todos, incluso A-Rod.

Por supuesto, una vez haya pasado el No. 600, nosotros probablemente no tendremos que preocuparnos por la próxima «hazaña» en un buen rato. Rodrí­guez es el único jugador activo con una oportunidad realista de quebrar el récord de todos los tiempos. Pero ya tiene 35 años de edad, desde el martes, y está proyectado para batear 27 bambinazos esta temporada. Esa serí­a su cifra menor durante una temporada «saludable» desde 1997, cuando bateó 23.

Si juega siete temporadas adicionales (tiempo que le resta en su contrato actual con los Yankees), tendrí­a que marcar un promedio de 22 jonrones por temporada para superar a Bonds. En ese entonces, tendrí­a 42 años de edad.

El único otro jugador activo que parece tener oportunidad de superar los 600 jonrones en el futuro cercano es Manny Ramí­rez, de 38 años, con 46 restantes tras registrar 554 vuelacercas de carrera. Pero sólo cuenta con ocho jonrones en 2010; a ese paso, llegará a la edad de 40 años cuando finalmente alcance los 600 jonrones.

Fuera de ellos, los únicos jugadores activos con más de 400 jonrones son Chipper Jones (433), Vladimir Guerrero (427), Giambi (412) y Andrew Jones, quien alcanzó los 400 silenciosamente el 11 de julio y ahora cuenta con 401.

Pero existe un hombre que nos podrí­a ayudar a recuperar el amor por los jonrones y los récords otra vez — y tal vez ocurra más pronto de lo que pensamos.

Hasta la fecha el primera base de los Cardenales de San Luis Albert Pujols parece no verse afectado por nada de lo que hemos visto anteriormente para erosionar nuestra pasión por el jonrón. í‰l hace swing con gracia y poder y parece haber sido hecho a la medida con el único propósito de hacer que nos apasionemos por el jonrón otra vez.

Pujols tiene 389 jonrones de carrera, y con sólo 30 años de edad, todaví­a saca la pelota a un ritmo prodigioso.

De hecho, con 23 jonrones en 99 partidos en lo que va de temporada, debe alcanzar los 400 antes de que culmine el 2010. Pujols batea uno casi cada cuatro juegos, por lo que se elevarí­a a los 400 para, aproximadamente, el 19 de septiembre, cuando los Cardenales reciban a los Padres de San Diego.

Seguro, todaví­a estará a 200 jonrones de distancia de A-Rod y a 362 de Bonds. Pero anótalo desde ahora. Tal vez estemos listos para que nos importe de nuevo. Tal vez.

RESULTADOS Jornada de anoche


Los Medias Blancas de Chicago vencieron ayer en las Grandes Ligas de béisbol a los Marineros de Seattle con marcador de 6×5, gracias a sencillo impulsor del boricua Alex Rí­os y jonrones por segundo dí­a consecutivo de Paul Konerko y el cubano Alexei Ramí­rez.

Este fue la décima victoria al hilo de los «patiblancos» como anfitriones, que también contaron con vuelacerca de Gordon Beckham.

Con los bambinazos de Beckham, Konerko y Ramí­rez, los Medias Blancas despacharon tres toletezos de ese tipo por segunda jornada consecutiva, ya que la ví­spera el curazoleño Andruw Jones también habí­a disparado pelota para la calle.

Chicago (56-44) lleva tres victorias al hilo y cuatro en los últimos seis partidos, para irse 12 juegos por encima de la marca de .500, y liderar también la División Central de la Liga Americana.

El triunfo fue para el relevista Matt Thorton (3-3), el rescate para Bobby Jenks (21) y el revés para el también apagafuegos Jamey Wrigth (1-3).

En Filadelfia, un eficiente trabajo monticular de ruta completa del astro derecho Roy Halladay llevó a los Filis a una fácil victoria de 7×1.

Halladay (12-8) dejó en solamente seis imparables a sus rivales mientras era apoyado ofensivamente por el novato Demonic Brown, Jayson Werth y el receptor panameño Carlos Ruiz.

El bisoño Brawn impulsó dos carreras, Werth se fue de 4-3 con tres anotadas y Ruiz de 4-3 también con tres empujadas.

Halladay conquistó así­ su octavo juego completo de la temporada, incluidas tres blanquedas, una de ellas fue juego perfecto.

Por los D´Backs, el mejor con la majagua fue el también receptor venezolano Miguel Montero, quien terminó de 3-2, incluido un doblete remolcador en el noveno inning, pero el equipo se quedó corto y encajó su sexto revés consecutivo.

En Anaheim, el venezolano Marco Scutaro le botó con las bases llenas en el triunfo de los Medias Rojas frente a los Angelinos con pizarra de 7×3.

El «Grand Slam» del llanero en el octavo inning rompió un empate a tres carreras, para que el conjunto bostoniano completara la barrida de tres juegos.

Por los patirrojos también conectaron jonrones el dominicano Adrián Beltré, Kevin Youkilis y Bill Hall.

El triunfo fue para el abridor derecho Josh Beckett (2-1), quien espació cinco hits en siete episodios completos, para su primera victoria desde el 10 de abril, ya que estuvo mucho tiempo en la lista de lesionados.

El descalabro fue para el relevista dominicano Fernando Rodney (4-1), quien fue castigado con el bambinazo con los ángulos congestionados de Scutaro.

En Houston, el toletero panameño Carlos Lee conectó dos jonrones para darle un triunfo de 8×1 a los Astros sobre los Cachorros de Chicago.

Uno de los bambinazos del canalero fue en el sexto inning para darle ventaja decisiva de 3×1 a la novena texana.

El segundo toletazo de Lee fue en el séptimo con Lance Berkman en circulación, para poner a su equipo al frente en ese momento 5×1.

La ofensiva del panameño le dio la victoria al abridor Bud Norris (3-7), quien permitió solamente cuatro imparables y ponchó a siete hombres en seis capí­tulos completos.

El artillero Hunter Pence añadió tres imparables y empujó un par de carreras por los Astros.

La derrota fue a la cuenta del también abridor Randy Wells (5-8), quien fue castigado con el primer estacazo de Lee.

En otros resultados, Rojos a Cerveceros 10×2, Gigantes a Marlins 10×9 en 10 innings, Bravos a Nacionales 3×1, Mellizos a Reales 6×4, Yankees a Indios 8×0, Azulejos a Orioles 5×0, Rays a Tigres 7×4 y Atléticos a Rangers 3×1.