Tiger Woods estaba en los hoyos de práctica justo cuando el sol empezaba a calentar ayer el campo Firestone, la primera vez que pisaba un campo de golf de la PGA en casi tres meses.
Mientras la temporada está cerca de terminar, Woods está ansioso por poner la suya en marcha.
«Estoy emocionado por competir, por jugar», afirmó. «Y, ojalá, de ganar el torneo».
Ese aspecto de Woods no ha cambiado, aunque todo a su alrededor sea distinto.
Woods llegó al torneo de Bridgestone como el 28vo jugador en el ranking mundial, su peor clasificación desde el comienzo de su primera temporada como golfista profesional. Tiene un caddie nuevo, al menos por ahora, en Bryon Bell, un amigo de la infancia dueño de un negocio de diseño que atraviesa momentos difíciles.
Ya no es el jugador dominante del golf, tras pasar 20 meses sin ganar un torneo.
Sin embargo, Woods afirma que el cambio más importante es su salud física y, especialmente, los problemas que ha tenido en las piernas.
«Lo fabuloso es que no siento nada», dijo Woods. «(La pierna) se siente sólida, se siente estable. Sin dolor. Ese es uno de los motivos por los que me demoré tanto en volver, porque quiero llegar a este punto en el que puedo volver a jugar al golf así. Ha pasado mucho tiempo, y se siente bien salir y poder pegarle así a las pelotas, salir a práctica y no sentir nada y poder caminar y hacer lo que quiera en el campo».
Woods, quien era el primero del ranking mundial el año pasado en Bridgestone, no juega desde que abandonó el Players Championship después de nueve hoyos el 12 de mayo, debido a lesiones en la rodilla izquierda y el tendón de Aquiles de la misma pierna.
El estadounidense dijo que se lastimó en la tercera ronda del Masters al realizar un golpe desde una posición complicada en el 17mo hoyo. Woods indicó que se hubiese descansado el resto de mayo, hubiese estado bien para el resto de la temporada.
Woods dijo que en esta ocasión no hubiese vuelto a las canchas hasta no estar completamente recuperado.
Indicó que empezó a practicar hace un par de semanas y que pronto quiso volver al circuito. Sostuvo que pensó en jugar la semana pasada en el torneo Greenbrier Classic, pero decidió esperar un poco más.
¿Cuál es su motivación ahora?
«Ganarle a estos muchachos», respondió. «Eso es divertido. Tratar de ganar torneos de golf, competir con la posibilidad de ganar, triunfes o fracases. Estar compitiendo es una moción, y es muy divertido. Tratar de realizar los tiros que haces en las prácticas cuando más importa, ver de qué estás hecho. Eso es divertido».
En los tres meses desde que jugó por última vez, Rory McIlroy rompió su récord de anotación del Abierto de Estados Unidos, y su buen amigo Darren Clarke finalmente ganó un major, en el Abierto Británico, a los 42 años. Steve Stricker ha ganado dos veces y es el estadounidense con mejor ranking en el mundo.
Woods despidió a su caddie Steve Williams después de 12 años de sociedad en la que ganó 13 majors. Woods señaló que era «hora de cambiar».
«Creo que Stevie y yo tuvimos una racha increíble», comentó. «Steve es un gran caddie, eso no se puede negar. Me ayudó en mi carrera, y creo que yo también ayudé en la suya. Tuvimos una gran sociedad durante 12 años, quizás fue algo más que eso, ganamos un montón de torneo. Simplemente me pareció que era el momento de cambiar algunas cosas. Me siento muy tranquilo con el cambio».