Tiger Woods jugó a la segura y tuvo la inteligencia para administrar una ventaja cómoda, al salvar el par en 16 hoyos el domingo, lo que le permitió entregar una tarjeta de 70 golpes y conquistar por octava ocasión el torneo Bridgestone Invitational, por una diferencia de siete impactos.
Woods igualó el récord de la Gira de la PGA, de más triunfos en un solo torneo. Además, si dicen que llegar a un hoyo en par suele ser un buen marcador en un torneo major, Woods parece listo en sus preparativos, a una semana del PGA Championship.
«Con todo ese viento, iba a ser muy difícil que alguien lograra un 62 o 63», dijo Woods. «Si yo no regalaba golpes, hacía mi juego y lograba quedar en par o por debajo, iba a obligar a que los demás hicieran un marcador muy bajo en un campo de golf que no lo iba a permitir en estas condiciones».
Mientras caminaba al remolque donde se llevaba la anotación oficial para entregar su tarjeta, Woods cargó a su hijo Charlie, de 4 años, quien lo abrazó, mientras el golfista pasaba por la amplia galería, donde el público ovacionaba su victoria por un margen arrollador.
«Es la primera vez que él está en un torneo y yo gano», dijo Woods. «Por eso fue algo muy especial para ambos».
La hija de Woods, Sam, estaba en el campo cuando Woods conquistó el U.S. Open de 2008, antes de que su vida familiar se resquebrajara. Ahora, Charlie tendrá algunos recuerdos de su padre victorioso.
«Siempre me dicen, ‘papi, ¿cuándo ganarás el torneo?’ Pasaron algunos años, un par, sin que ganara nada», dijo Woods, sonriente. «‘¿Estás de líder o no?’, es una pregunta que me hacen siempre. ‘No estoy de líder’. ‘Bien, ¿vas a comenzar a ser líder?’ ‘Bueno, lo estoy intentando»’.
Después de una segunda ronda de 61 golpes, en la que coqueteó con lo que hubiera sido un marcador espectacular de 59, Woods tuvo un acumulado de 265, 15 bajo par, con lo que derrotó fácilmente al campeón defensor Keegan Bradley y a Henrik Stenson.
El español Miguel Ángel Jiménez fue cuarto, junto con Zach Johnson, con un total de 274 golpes, seis bajo par. El argentino Ángel Cabrera quedó muy lejos, con 284 impactos, cuatro arriba del par.