El ex superintendente de Bancos, Willy Zapata, se excusó de comparecer ante el juzgado Undécimo del Ramo Penal, vinculado al incumplimiento de deberes en el caso de la estafa a clientes del Banco de Comercio.
aalonzo@lahora.com.gt
Para hoy se tenía programada la audiencia de primera declaración del exfuncionario, quien debe aclarar su situación por la estafa a clientes del ya mencionado banco.
Zapata se excusó de comparecer ante el Juzgado Undécimo del Ramo Penal, a cargo del juez José Florencio Blanco Santana, indicando que se encuentra en el extranjero, específicamente en los Estados Unidos.
De acuerdo con los abogados defensores de los afectados, esta sería la decimosegunda vez que el ex superintendente no se presenta para rendir su primera declaración, luego que en 2009 se le negaran dos amparos a Zapata, quien ya había interpuesto ocho recursos para aplazar su declaración en el proceso por estafa de Banco de Comercio.
Los afectados –más de seis mil clientes– por la estafa en el Banco de Comercio señalan responsabilidad de Willy Zapata, quien habría incurrido en delito de omisión de denuncia, debido a que no alertó sobre los movimientos anómalos del BC, aun bajo solicitud de la Superintendencia de Bancos. El Ministerio Público sostiene la misma versión.
En este caso, la Procuraduría General de la Nación –PGN– da acompañamiento por ser una denuncia contra el Estado, al estar involucrado el ex superintendente de Bancos, quien según los denunciantes, faltó a la supervisión financiera de ese banco que dio lugar a los delitos de estafa propia, intermediación financiera y lavado de dinero y otros activos.
ESPERAN JUSTICIA
Cuando se cumplieron cuatro años de la estafa del Banco del Comercio en Guatemala, decenas de afectados manifiestan frente a la Torre de Tribunales, exigiendo una respuesta pronta por la problemática que ha representado dicho caso.
Los afectados exigen la reanudación del proceso contra los directivos de esa entidad, ya que según ellos, les robaron a los ahorristas sus depósitos, incluso en complicidad con funcionarios financieros del Gobierno, encabezado por í“scar Berger (2004-2008).
En enero de 2007 estalló el escándalo cuando quebró el banco y, con ello, se produjo la pérdida de mil 800 millones de quetzales, que al cambio actual equivaldrían a unos 225 millones de dólares.
Dicha cifra correspondía al dinero perteneciente a 12 mil 500 de los llamados cuentahabientes en 13 departamentos del país.
El 12 de enero de 2007 fue intervenida la entidad financiera por la Superintendencia de Bancos y un juzgado declaró congeladas las cuentas de los miembros del Consejo de Administración.
Los argumentos para la quiebra fueron haber perdido liquidez tras conceder préstamos por fuertes cantidades durante noviembre y diciembre anteriores.
Los fondos de los estafados fueron a parar a la offshore Organizadora de Comercio, en Panamá, desconocida por los inversionistas, a quienes los propietarios del BC les hicieron creer que su dinero estaba depositado en este país.
Además de la citada offshore, se estableció otra con el nombre de B.C. Financial Inc., también con sede en Panamá y Miami, Estados Unidos, que los ejecutivos de la entidad bancaria utilizaban para captar más recursos; decenas de personas afectadas aseguraron que poseían cuentas de depósitos de ahorro en dólares, manejadas por esta empresa.
La desesperación de los ahorristas al conocer la noticia, llevó a que muchos se suicidaran al quedar de la noche a la mañana sin un centavo.
Marta Marinely Duarte Moss, proveniente del departamento de Chiquimula, es una de las afectadas, al indicar que en la entidad bancaria se encontraban los ahorros de 16 años de su hermano, quien reside en los Estados Unidos.
“Teníamos US$73 mil dólares –unos Q500 mil quetzales–â€, según indicó la afectada; eso serviría para construir una casa para su mamá, así como la compra de medicinas.