Whitbeck: «Nuestros polí­ticos no permiten la reforma del Estado»


La necesidad de repensar e impulsar la reforma del Estado es latente en diversos sectores que buscan una salida a los diferentes problemas que enfrenta la sociedad guatemalteca.

Lucy Barrios
lahora@lahora.com.gt

A finales de 2007 la Comisión Presidencial para la reforma, modernización, fortalecimiento del Estado y de sus instituciones descentralizadas, Copre, presentó la «Polí­tica de Modernización del Estado», basada en tres lineamientos básicos de modernización: Estado social de derecho, gestión pública por resultados y economí­a pública. Para abordar el tema conversamos con Harris Whitbeck, encargado de la comisión, quien manifestó su deseo de implementar cambios estructurales pero a la vez su frustración por no contar con los fondos suficientes para hacer realidad la propuesta.

– Pregunta: En los últimos dí­as se ha venido hablando de la necesidad de una reforma del Estado, ¿qué debemos entender los guatemaltecos como tal?

– Respuesta: La reforma polí­tica y modernización del Estado implica una transformación total de la práctica y cultura institucional para que éste cumpla con su papel de orientador del desarrollo nacional, de fuente de inversión pública, de proveedor de los servicios básicos, así­ como de promotor de la concertación social y de la resolución de conflictos.

La polí­tica de modernización es el punto de apoyo para coordinar el resto de las polí­ticas públicas con las estrategias de crecimiento económico, productividad y competitividad.

– P: Ustedes presentaron una propuesta al finalizar el año pasado, ¿se ha empezado a implementar?

– R: Hemos avanzado el trabajo con 24 instituciones, por falta de recursos no se ha podido hacer más. Lo primero que se debí­a hacer era un diagnóstico, ya se hizo en el 2004. A partir de ahí­ se formaron unidades de modernización con el acompañamiento de Copre, ellas debí­an corregir las deficiencias que el diagnóstico señaló. Por otro lado, ese análisis nos permitió ir conociendo buenas prácticas en algunas instituciones, las que también propusimos fueran replicadas.

– P: ¿Cuándo se concluye ese proceso?

– R: Es un proceso largo, hemos avanzado y ahora vamos a ver si los nuevos ministros quieren que continuemos con el trabajo ya desarrollado, vamos a determinar si esas instituciones están trabajando como Dios manda. Al final se hablará de cerrar, eliminar o cambiar pero tiene que ser el resultado de este trabajo. Hemos estado eliminando duplicidad de esfuerzos pero es un proceso largo, si hay voluntad con los actuales titulares podrí­amos ver resultados, pero es decisión de cada ministro y secretario; así­ como del Presidente.

– P: ¿Qué ha hecho en pro de la reforma del Estado?

– R: AID proporcionó el financiamiento para el estudio de diez ministerios, con excepción de la Defensa Nacional, Gobernación y Relaciones Exteriores, carteras que fueron excluidas. Se realizó un diagnóstico en los restantes diez ministerios. La AID, Copre y dos empresas reconocidas diseñaron un sistema para el diagnóstico, éste se utilizó en todas las instituciones para poder comparar naranjas con naranjas. Posteriormente se hizo un acuerdo con la Universidad del Valle que dio crédito a sus estudiantes de maestrí­as para llevar a cabo el diagnóstico en doce de las catorce secretarias, las otras dos se analizaron con recursos propios y ahora debemos darle seguimiento.

– P: ¿Qué reveló el diagnóstico?

– R: En cada institución fue diferente, pero nos encontramos con un problema recurrente en la gran mayorí­a: el recurso humano está fallando. Ante ello presentamos al Congreso de la República un proyecto de Ley de Servicio Civil, pero no hay modo que se apruebe y como consecuencia no se puede resolver el problema. La legislación vigente es inoperante, se hizo cuando el estado tení­a 20 mil servidores, ahora son más de 200 mil, la ley se presta a muchas irregularidades y pese a estar en manos de los diputados desde hace dos años, ahí­ está, no se aprueba.

– P: ¿Qué es lo que no permite la reforma del Estado?

– R: Nuestros polí­ticos, ellos tienen intereses personales y partidistas. La mayorí­a se opone a la aprobación de la nueva Ley de Servicio Civil porque les estoy quitando el discurso: vote por mí­ y le doy chance. Esa situación la estamos viviendo ahora mismo; sin embargo, en República Dominicana se inició la discusión de un proyecto similar, nos pidieron copia del nuestro por considerarlo moderno, ellos ya lo incorporaron y aprobaron su ley.

El problema de Guatemala es que cada cuatro años estamos haciendo borrón y cuenta nueva. Cómo puede dársele continuidad al trabajo si cuando hay cambio de funcionarios los nuevos barren con todo y no digamos cuando hay cambio de gobierno. En este paí­s no existe ningún instrumento que promueva la carrera de servicio público, que la gente entre a ocupar un puesto en base a su capacidad, por oposición y merito, que no sean sujeto a cambios por razones politiqueras. Si se logra establecer sistemas de evaluación de desempeño, unido a la buena capacitación, ascensos por méritos y capacidad y se establecen mecanismos jurí­dicos para salir de los corruptos, haraganes, borrachos y los que no sirven, heredaremos nuevas instituciones estatales.

– P: ¿Por qué no logró mayores avances en la administración Berger?

– R: Porque es un proceso complejo, por la falta de recursos. La institución a mi cargo tiene un presupuesto de 9 millones de quetzales, imagí­nese con esa cantidad quieren que yo cambie el Estado, eso no es nada; tampoco estoy pidiendo que me den 100, pero si se me incrementara la asignación un poco más lograrí­amos hacer bastante. El estado no sabí­a cuántos empleados públicos tení­a hasta que se hizo el inventario, ahora que ya sabemos con qué contamos, me cortan el presupuesto y no tengo recursos para implementar el sistema electrónico. Son muchas las frustraciones.

– P: ¿Qué visión tiene el nuevo gobierno de la reforma del Estado?

– R: Conversé con el vicepresidente Rafael Espada, quien me pidió que siguiera exactamente con lo que estoy haciendo y me encomendó otros dos proyectos como el de la economí­a informal, del cual ya hicimos parte del trabajo con apoyo de Noruega, tenemos el diagnóstico pero debimos parar por falta de recursos.

Hemos hecho otras cosas además de la modernización pero con recursos donados. El vicepresidente está entusiasmado con lo que estamos haciendo.

– P: ¿Qué viene ahora?

– R: Vamos a continuar con la reforma institucional, la cual va acompañada con la implementación del componente del gobierno electrónico, la difusión a nivel local.

«El problema de Guatemala es que cada cuatro años estamos haciendo borrón y cuenta nueva. Cómo puede dársele continuidad al trabajo si cuando hay cambio de funcionarios los nuevos barren con todo y no digamos cuando hay cambio de gobierno»

Harris Whitbeck.

Comisión Presidencial para la Reforma del Estado