Webber se rí­e del alerón de Vettel con una victoria


«No está mal para ser el segundo piloto». Encantado de haberse conocido, esto es lo que dijo Mark Webber nada más cruzar la meta. El australiano disfrutó con la mejor de sus sonrisas de una victoria con aroma a venganza. Salió mejor que Vettel (como todo el teórico lado par, el sucio de la pista), lo mandó a la escapatoria en un vibrante duelo y se aprovechó de que éste se quedara último después de que Hamilton le tocara y pinchara una rueda. Un toque que volvió a hurtar la realización de televisión.

Redacción La Hora
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Al final, el alemán salvó los muebles remontando con su avión a reacción hasta la séptima plaza. Pero, paradojas del destino, vuelve a estar detrás de su compañero en el Mundial. A siete puntos. La próxima vez que sólo haya un alerón evolución, éste deberí­a ser para el orgulloso Mark.

En esa vibrante primera vuelta, Alonso tuvo un toque con Massa después de ser adelantado por Rosberg y Kubica en los primeros metros. El embrague del Ferrari patinó en exceso y se quedó en el sitio. El asturiano intentó desde entonces la remontada. Se acercaba al Mercedes en las frenadas, pero se le iba en las rectas gracias a su sobredosis de una quincena de caballos. Intentó pasarles a él y al polaco por estrategia en la primera parada. Pero no pudo y llegó el momento de atacar al Renault en pista. Era el paso por meta número 17. El asturiano le gana la posición por fuera, pero su amigo y rival le toca y lo manda a la escapatoria. Ahí­ el Ferrari número ocho decide no dejar pasar a su adversario. Fernando pregunta a boxes si la acción es correcta y en el equipo le contestan que sí­.

Sin embargo, lo que no se ve en televisión son las intensas conversaciones del muro rojo con Charlie Whiting. Kubica se queja por radio, aunque después de la carrera diera la razón a Alonso: «Me habí­a ganado la posición, el adelantamiento es legal». Durante dos vueltas, discuten, el director de carrera las analiza y les dice que Fernando debe devolver la posición porque, según él, ha obtenido ventaja de saltarse la chicane. Pero Ferrari, no obedece, no porque no quiera, sino porque el Renault se rompe y va muy despacio camino de boxes. Era imposible cumplirlo sin perder siete posiciones.

Varios pasos por meta después, en la 25 se anuncia la investigación sobre el coche de Alonso. En la 26 se anuncia el «drive through» y en la 27, vaya casualidad, Whiting decide sacar el coche de seguridad. La carrera se reagrupa, el F10 del piloto asturiano no puede cumplir con el Safety la sanción y Alonso pasa de perder una o dos posiciones a descender doce puestos en la clasificación. Una coincidencia que ha levantado malos pensamientos en Maranello. Y que les hace pensar en una cierta revancha al incendio que provocó la escuderí­a después de la carrera de Valencia.