«El Departamento de Estado anuncia la supresión de una amplia gama de ayudas» al gobierno de Honduras», una decisión derivada «del golpe de Estado que tuvo lugar el 28 de junio», indicó el portavoz Ian Kelly en un comunicado.
La secretaria de Estado Hillary Clinton, quien se reunió con el presidente depuesto Manuel Zelaya, actuó «conforme a la legislación de Estados Unidos reconociendo la necesidad de fuertes medidas, a la luz de la resistencia del régimen de facto de adoptar el Acuerdo de San José», y de negarse a «restaurar las reglas democráticas y constitucionales en Honduras», según el comunicado.
«La restauración de la ayuda estará sometida al regreso de un gobierno democrático y constitucional en Honduras», agrega el texto.
Estados Unidos admite por otro lado, según el documento, «la naturaleza compleja de las acciones que han conducido al golpe de Estado», durante el cual fue destituido el presidente Zelaya.