Las cuadrillas de búsqueda que revisan los escombros dejados por un enorme alud en busca de sobrevivientes recuperaron dos cadáveres y creen haber localizado otros ocho, informaron el martes autoridades del estado de Washington.
La cifra oficial de muertos subió por ahora a 16. De confirmarse los hallazgos, el saldo ascendería a 24, dijo el jefe de bomberos del condado Snohomish Travis Hots.
Los hallazgos se dieron tres días después de que colapsara la ladera de una montaña situada a unos 88 kilómetros (55 millas) al norte de Seattle, y representaron una mayor desmoralización para los esfuerzos de búsqueda, mientras la amenaza de inundaciones o de otro deslave pendía sobre los rescatistas.
Las autoridades aún revisan una lista de 176 personas de las que se desconoce su paradero, aunque se cree que hay duplicidad de nombres.
La cifra de esa lista cambiará debido a que se restableció la energía en el poblado maderero vecino de Darrington y más personas se han reportado. Una cifra actualizada estará disponible el miércoles, dijo el director del Departamento de Emergencia de Snohomish, John Pennington.
«Aún tenemos esperanzas de un milagro, pero estamos preparándonos para la otra posibilidad», dijo el martes el portavoz de la policía de caminos de Washington, Bob Calkins.
Tras el derrubio, salió a la luz que un científico que trabajaba para el gobierno había advertido hace 15 años sobre la posibilidad de un alud catastrófico en la comunidad.
El reporte de 1999 del geomorfólogo Daniel Miller generó cuestionamientos sobre por qué se permitió la construcción de viviendas en la zona y si las autoridades tomaron las debidas precauciones.
«Sabía que sería catastrófico», pero no cuándo ocurriría, dijo Miller, quien fue contratado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército para hacer el estudio. «No me sorprendió».
Las autoridades del condado Snohomish y de la comunidad rural de Oso dijeron que no estaban enterados del estudio. El periódico Seattle Times fue el primero en reportar el análisis de Miller.