La coalición oficialista en Colombia irá con un sentimiento de vulnerabilidad a las elecciones presidenciales de mayo, luego de que quedara descartada la posibilidad de que su mejor candidato, el presidente ílvaro Uribe, pueda optar por un tercer mandato, según analistas.
Tras el fallo de la Corte Constitucional, que cortó la posibilidad de la reelección de Uribe, el mandatario pidió a sus compatriotas no abandonar «el rumbo» trazado por su gobierno.
«Me anima una ilusión: que nuestra democracia mejore el rumbo, pero que no abandone el rumbo (…). Es un derecho de las nuevas generaciones, que se mantenga el rumbo de firmeza en una política de seguridad que garantice una Colombia segura y en paz», dijo el mandatario tras asegurar que «acata y respeta» la sentencia de la Corte.
Una vez clarificado el escenario electoral, la gran pregunta en la coalición gubernamental es quién será y cómo se escogerá al sucesor de Uribe, un presidente que mantiene, a ocho años de gobierno, una popularidad cercana al 70%, muy por encima de cualquier aspirante a la presidencia.
«Uribe debe asimilar rápidamente esta derrota y trabajar por garantizar el triunfo del que será su «elegido». Pero no le será fácil, pues entre los aspirantes que buscan seguir su legado comenzará una rapiña que los hará vulnerables frente a otros candidatos», comentó el politólogo León Valencia.
«El presidente logró consolidarse como uno de los políticos más importantes del continente, pero basó su poder en su figura mesiánica y le será muy difícil endosar su alta popularidad a cualquier otro», añadió.
El ex alcalde de Bogotá y precandidato presidencial, Luis Eduardo Garzón, pronosticó que «es ingenuo pensar que los votos de Uribe son los mismos de su designado».
En las elecciones para alcaldes, los candidatos del gobierno sufrieron «una gran derrota, lo que evidenció que la gente quiere a Uribe pero no a su entorno», sostuvo.
A su vez, Claudia López, de la misión de observación electoral, refirió que «el próximo presidente colombiano será quien tenga la mayor capacidad de armar una coalición fuerte, y los seguidores de Uribe se han caracterizado por tener permanentes roces y cero tolerancia entre sí, lo que eleva las posibilidades de las fuerzas opositoras».
Cinco aspirantes presidenciales que dicen representar la continuidad de las políticas de Uribe reiteraron su lealtad hacia el presidente, tras conocerse el fallo, mientras la gente del común especulaba sobre quién logrará capitalizar la votación del actual mandatario.
«Siento un vacío grande. Lo único que está en mi cabeza en este momento es dar todo de mí para proteger la politica de seguridad democrática -programa bandera de Uribe-, para protegerlo a él y no dejar que volvamos a épocas donde los terroristas tenían el control», aseveró el ex ministro de Agricultura Andrés Felipe Arias.
Juan Manuel Santos, ex ministro de Defensa de Uribe y quien figura como el precandidato presidencial mejor ubicado en las encuentas, declaró su intención de postularse con el propósito de «trabajar para que su legado de seguridad y progreso no se pierda».
Otras aspirantes, como la ex canciller Noemí Sanín y la ex ministra Martha Lucía Ramírez, ambas del partido Conservador, expresaron su «agradecimiento» a Uribe por su obra.
La incertidumbre sobre si Uribe podría postularse nuevamente a la presidencia provocó que los aspirantes del oficialismo mantuvieran sus campañas electorales en suspenso, y entrarán de lleno a la contienda apenas tres meses antes de los comicios.
Del lado de la oposición, Rafael Pardo, por el Partido Liberal, y Gustavo Petro, del izquierdista Polo Democrático Alternativo, decidieron sus candidaturas en consultas internas en 2009. También hace campaña desde el año pasado el independiente Sergio Fajardo, ex alcalde de Medellín.
Las elecciones presidenciales de Colombia estarán precedidas por las legislativas del próximo 14 de marzo.