Leí en un matutino que va a restablecerse la Plaza 11 de Marzo, de la zona 4 capitalina, la cual fue construida durante el régimen del general Reyna Barrios, constaba de una pileta y un monumento al ángel. En 1921 se le asignó el nombre de «Plaza 11 de Marzo», en memoria del movimiento unionista que dio pie al derribo del presidente Manuel Estrada Cabrera, que gobernó el país dictatorialmente por veintidós años.
En la época ubiquista corrió la versión que dicho monumento fue derribado por orden del director Ubico, quien instaló los primeros gabinetes móviles, pues solía visitar sorpresivamente los departamentos del interior para saber cómo se estaban manejando. A resultas de ello, más de algún Intendente Municipal o Gobernador Departamental fue a parar a la Penitenciaría Central, a romper piedra, al haberle encontrado algo turbio, ahora se llama corrupción.
Me contaba mi papá, yo no puedo dar fe de ello, pues nací en diciembre de 1920, que al derribo del tirano, muchos cabreristas se refugiaron en el colegio San José de los Infantes, anexo a la Catedral, sobre la 7a. avenida. Decía que anticabreristas gritaban: «que salga otro toro» y persona que sacaban era linchada. En esa ocasión el poeta José Santos Chocano también paró preso y compuso lo siguiente: «libertad, libertad bendita, Dios me la ha dado, y un partido me la quita».
Pues bien, resulta que al regresar Ubico de una de esas giras departamentales, por poco choca contra la pileta del monumento, y ante eso mandó a derribarlo pero al lugar le quedó el nombre de Plaza 11 de Marzo.
Con el tiempo se fue olvidando, y por ello me agrada, y supongo que también a mis contemporáneos, que lo conocieron. El ángel, si no estoy equivocado, estuvo algún tiempo en el Liceo Guatemala, como un rescate y conservación.
De manera que dentro de algún tiempo, ese ángel volverá a sonar su trompeta con la alegría de retornar a su lugar.
GOTITA: No es humo de segunda mano, sino de segunda boca.