Los actores cubanos Vladimir Cruz y Jorge Perugorría, conocidos por su interpretación en «Fresa y chocolate», dirigirán y actuarán juntos por primera vez en «Afinidades», filme en el que ya trabajan y que comenzará a rodarse el mes próximo, se supo el domingo.
Los dos actores cubanos están siendo protagonistas en la XV Mostra de cine latinoamericano de Catalunya, que se celebra hasta el sábado en Lleida (noreste): Perugorría recibió el Premio de Honor del certamen junto con la española Angela Molina y Cruz fue el encargado de presentar en castellano la nueva edición del festival, el viernes pasado, noche de la inauguración.
«Afinidades –una adaptación de una novela del escritor cubano Reynaldo Montero– trata de la historia de dos parejas que viven experiencias al borde del límite», explicó Perugorría a la AFP.
«Vladi y yo somos hijos de la coproducción. «Fresa y chocolate» estuvo codirigida por dos realizadores y tenemos experiencia en trabajar en común y esto nos hace mucha ilusión», añadió Perugorría, que empezó a los 17 años a actuar en teatro, que a los 22 combinó teatro y televisión y que en 1993 interpreta junto a Cruz la película que los hizo famosos.
Por su parte, Cruz, autor del guión de la próxima película, tampoco se explaya mucho sobre los detalles del filme que significará el debut de ambos cubanos en la dirección conjunta. «Es un reto profesional para nosotros», aseguró después de recordar que hicieron con Perugorría cinco películas juntos.
«Afinidades» profundiza en la relación de las dos parejas en una historia «en la que los protagonistas intentan permanentemente pasar los límites», añadió Perugorría.
«Si tuviera que definirlo lo presentaría como un drama psicológico», aunque confesó con humor que un amigo suyo que es crítico le había dicho que «era una historia que podría estar entre Bergman y una novela pornográfica».
«Mantendremos el espíritu de «Fresa y Chocolate» en esta película nueva, en el sentido que también habrá mucho sentido de equipo», dijo Cruz. Perugorría añadió con un tono de cierta satisfacción: «Ya hemos compartido muchas cosas juntos».
«La misma palabra afinidades no se entiende en otra cosa que no sea afín», explicó el «guionista» Cruz, para quien la película «es una metáfora de la Cuba actual».
Cuba «también se está transformando a nivel humano» porque «se está acercando a unos límites que la hacen transformar en otra cosa», añadió Cruz quien admitió ser optimista respecto al futuro de su país porque «no tenemos otra opción».
«Hay que ser optimista para que las cosas salgan bien» concluyó.
Fresa y Chocolate –codirigida por Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Taibo– fue estrenada en 1993. El filme trata de tres personajes que mantienen una intensa y conmovedora relación de amistad, en medio de prejuicios e incomprensiones sobre la homosexualidad en Cuba.
Argentina vuelve a estar en la mente y en los apuntes de los jurados de la XV Mostra de cine latinoamericano de Catalunya, que se realiza en Lleida (noreste), tras la exhibición este domingo de dos largometrajes rodados en ese país.
Desde el viernes y hasta el sábado 4 de abril, tiene lugar en Lleida esta nueva edición del festival de cine latinoamericano en tierras catalanas, con la exhibición de casi 100 películas, cortos y documentales, seleccionados entre más de 600 ofertas recibidas.
En la pasada edición -dedicada a Argentina-, «No mires para abajo», del bonaerense Eliseo Subiela, fue premiada como la mejor película y los otros tres premios más cotizados -película, actor, director y público- fueron también para el país invitado.
En la actual, uno de los dos filmes ya exhibidos es una coproducción catalano-argentina, «Negro Buenos Aires», dirigida por el novel director leridano de 35 años Ramón Térmens, un producto de cine negro ambientado en medio del «corralito» sufrido por la sociedad argentina en los años dos mil. y otra es «El frasco», la última película interpretada por el argentino Darío Grandinetti.
«Negro Buenos Aires» -cuyo estreno mundial tuvo lugar la noche de apertura- es un «thriller clásico, en el mas puro estilo del cine negro, con constantes sorpresas y donde nada es lo que parece», explicó a AFP Térmens.
El realizador aseguró que «no hay postales de Buenos Aires, ni de Barcelona», donde trascurre el filme, y «si alguien busca una tarjeta postal, al estilo de «Vicky Cristina Barcelona» (el último filme de Woody Allen, ndr), saldrá decepcionado de la sala», añadió.
Térmens buscó «un Buenos Aires más oscuro que el que se conoce habitualmente» y trata sobre el corralito «pero que no está enfocado de la manera tradicional, sino desde otro punto de vista, visto desde afuera, por un personaje que llega a Argentina y se encuentra atrapado».
No es una «denuncia social», aseguró, sino «una excusa para ir avanzando en la trama».
La idea de este filme se gestó en Los Angeles, «donde yo era guionista por encargo y mi socio era argentino (…) Juntamos a mis conocidos en Barcelona y a los suyos en Argentina, porque lo que tenía claro era que la dirección me gusta más que hacer de guionista», confesó.
Térmens dijo a AFP que «tenía la intención de seguir trabajando con los actores que utilizó en Negro» y seguir trabajando con la temática de Argentina ya que «me sentí muy bien», admitió.
En la Mostra de Lleida, la película sobre el «corralito» tuvo mucha aceptación entre el público (más numeroso este año que en anteriores ediciones) y el jurado, que también visionó el sábado «El Frasco», fuertemente candidata a llevarse algún galardón este año.
Dirigida por Alberto Lecchi, la película narra la historia de amor tierna y divertida entre un chófer de larga distancia (Darío Grandinetti) inmerso en la rutina de pasar cada día por los mismos pueblos, y una maestra rural (Leticia Bredice) con dificultades para relacionarse.
Grandinetti, que en dos ediciones de esta muestra fue asistente de lujo y ganador, interpreta magníficamente su difícil papel y Bredice brinda una gran actuación, mucho más allá de su belleza y naturalidad expresiva.
Otra de las candidatas argentinas, según los corrillos, a ser galardonada en este festival, puede ser «La cámara oscura», una coproducción franco-argentina, dirigida por la argentina María Victoria Menis.
En una colonia de la provincia argentina de Entre Ríos, a finales del XIX, una mujer que dice nacer fea se convierte en una mujer insignificante, pero años después un fotógrafo francés la descubre con «otra mirada» y descubre su intenso mundo interno.