Hace algunos días, en una reunión para hablar de la Reforma Fiscal, el Ministro de Finanzas dijo que un familiar le había comentado que La Hora siempre había sido un diario muy objetivo, pero que últimamente ya no lo leía porque se convirtió en lo mismo que los otros. Y lo que son las casualidades, porque cabalmente La Hora venía trabajando desde días antes y requiriendo respuestas del funcionario, respecto a su cambio de postura con relación a los fideicomisos públicos, mismos que cuando era consultor veía como un problema para la transparencia, pero a los que ahora mantiene pupusos con recursos públicos.
Antes decía, junto a sus colegas del Grupo promotor del Pacto Fiscal, que «se ha abusado del uso de fideicomisos y transferencias a organismos no lucrativos o a entidades internacionales para realizar gastos que dificultan el control público (Ley de Contrataciones del Estado) y auditorías de la Contraloría General de Cuentas.» Además, sostuvieron que para enfrentar el problema hacía falta «Transparentar la ejecución de gasto público a través de la creación de la figura legal fideicomisos públicos, debidamente regulado para garantizar la transparencia, integridad, rendición de cuentas, auditoría social y lucha contra la corrupción, en operaciones con organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales. Se recomienda el establecimiento de normas apropiadas de obligatoriedad de registro de operaciones, cuentadancia de los comités de ejecución, rendición de cuentas, información oportuna de avance físico y situación financiera de los proyectos financiados con fondos públicos, así como otras figuras vinculadas con los requerimientos de transparencia e integridad de las operaciones del sector público, de acuerdo con el mandato constitucional.» En la respuesta que, al fin, envió ayer el Ministerio de Finanzas a La Hora, presumen de tener todas las respuestas en el portal digital www.minfin.gob.gt/fideicomisos/ e invitamos a los lectores a ingresar a esa página para darse cuenta que allí no hay garantía de transparencia, integridad, rendición de cuentas ni posibilidad de auditoría social o lucha contra la corrupción. No hay registro de operaciones, cuentadancia de los comités de ejecución, rendición de cuentas, información oportuna de avance físico y situación financiera de los proyectos financiados con fondos públicos, así como otras figuras vinculadas con requerimientos de transparencia e integridad. La Hora no cambia su postura de reclamar transformaciones de fondo en el tema de la transparencia y mientras más resistencia haya de autoridades a dar datos, mayor será nuestra exigencia. En cambio, aquellas ideas de ejecución transparente para «garantizar la legitimidad del esfuerzo tributario» ahora no cuentan porque, como dijeron junto al Presidente del BID, el debate no es sobre transparencia, sino sobre nivel de ingresos. Que la vida da vueltas, es cierto, pero más en otros rumbos.