Vuelta a la escuela, vuelta a las extorsiones


Una patrulla de la Policí­a Nacional Civil (PNC) resguarda una escuela ubicada en la colonia Atlántida, zona 18.

Las extorsiones y la intención de involucrar a la niñez y juventud en hechos delictivos continúan en las escuelas públicas ubicadas en zonas de alto riesgo. La División de Prevención del Delito se prepara para proteger a este sector de la población.

Mariela Castañon
mcastanon@lahora.com.gt

Felipe Garcí­a, del Movimiento Social por los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Juventud en Guatemala, en reiteradas ocasiones ha manifestado su preocupación por el acoso que sufre la niñez y juventud, por parte de grupos delincuenciales que buscan involucrarlos en hechos delictivos.

Según Garcí­a, se sabe de varios casos de hostigamiento por parte de pandilleros que buscan a la infancia y adolescencia afuera de sus centros educativos y en las esquinas de sus colonias.

La Policí­a Nacional Civil (PNC) indica que los puntos de mayor incidencia criminal están ubicados en las zonas 18, 6, 7, Villa Nueva, Mixco y Chinautla, entre otros; dos de los grandes problemas a enfrentar son la circulación ilí­cita de armas y la distribución de drogas al menudeo.

Mentores de los centros educativos ubicados en los lugares en mención afirman que es preocupante la facilidad con que los niños, niñas, jóvenes y jovencitas pueden obtener un arma de grueso calibre, o de narcóticos que se venden «como si fueran helados».

Abel Aldana, representante de la Asociación Grupo Esfuerzo y Superación de El Amparo (Gesa), que trabaja con jóvenes y niños en riesgo de la colonia Bethania, en la zona 7, refiere que la situación es más vulnerable, por la precariedad que sufre este sector de la población, que en su mayorí­a proviene de hogares desintegrados.

Por su parte, el Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible (IEPADES), dice que jóvenes que viven en lugares considerados como «rojos» han manifestado que es «más fácil obtener un AK-47 (arma de grueso calibre) que una beca de estudios».

La PNC y educadores que imparten clases en zonas de riesgo coinciden en que se han dado hallazgos de armas y drogas dentro de los bolsones de los niños, que intimidan a sus compañeros de clase para obtener un beneficio, acción dirigida por adultos que los obligan a mantener estas actitudes de violencia dentro del salón de clase.

Ante la problemática, la División de Prevención del Delito de la PNC pretende contrarrestar el flagelo, por medio de la intervención de personal policí­aco, que resguarda a la niñez y juventud, afuera de sus instalaciones educativas.

Además, de la instalación de varias cámaras de video en las escuelas e institutos públicos, para evitar que más niños y jóvenes sean reclutados para formar parte de grupos delincuenciales.