Voto hispano mostró su fidelidad


Los hispanos volvieron a votar por los demócratas en las legislativas del martes en Estados Unidos, que arrojó una amplia victoria republicana, pero un análisis detallado de su voto muestra los lí­mites de su fidelidad y sus diferencias territoriales.


«Todo indica que el apoyo de los latinos para candidatos demócratas fue muy fuerte en todo el paí­s; de hecho los hispanos apoyaron a los demócratas en la Cámara de Representantes en un 66%, por 33% para los republicanos», explicó a la AFP Mark López, director adjunto del centro de análisis Pew Hispanic, con datos provisionales.

La cifra de asistencia a las urnas a nivel nacional no se conoce aún, explicó López.

Los hispanos acudieron en números récord en las legislativas de 2006 y las presidenciales de 2008.

Sin embargo, las estrellas hispanas de la velada electoral fueron personajes surgidos del fenómeno ultraconservador Tea Party.

Marco Rubio fue elegido senador republicano por Florida (sureste) y Susana Martí­nez se convirtió en la primera mujer hispana gobernadora en la historia del paí­s, en Nuevo México.

A ellos se une Brian Sandoval, otro republicano que ganó la gobernación de Nevada, y figuras menores pero simbólicas, como Jaime Herrera, representante por Washington, el primer hispano electo proveniente de ese estado del noroeste del paí­s.

Todos ellos forman parte de una nueva generación de hispanos conservadores con los que el Partido Republicano quiere reconquistar a esa parte del electorado minoritaria (un 7,4% en las elecciones de 2008) pero clave para dirimir elecciones reñidas.

Sin embargo, los hispanos votaron de forma mayoritaria contra Martí­nez y Sandoval en Nuevo México y Nevada respectivamente, de acuerdo a un sondeo a boca de urna divulgado por la empresa LatinoDecisions.

El 61% de los hispanos de Nuevo México votaron por la contrincante demócrata de Martí­nez, Dianne Denish, que no es hispana pero que es la vicegobernadora y mano derecha de la gran figura hispana del Partido: Bill Richardson, gobernador saliente.

Solamente un 38% de los hispanos de Nuevo México votaron en favor de Martí­nez, una procuradora de reputación dura, nacida en la fronteriza El Paso, apoyada a su vez por la gran estrella nacional del Tea Party, Sarah Palin.

En Nevada esa tendencia también es clara: el 84% de los hispanos votaron por el candidato demócrata a la gobernación, el perdedor Rory Reid, hijo del senador Harry Reid, siempre según LatinoDecisions.

Solamente el 15% votó en favor de Sandoval, otro republicano duro, que no habla español y que durante la campaña llegó a afirmar que sus hijos no parecí­an hispanos, para luego desdecirse.

Pew Hispanic sitúa el apoyo hispano a Rory Reid en un 64% y a Sandoval en un 31%.

En Florida la comunidad cubana no tuvo reparos en lucir su orgullo por un candidato surgido de la comunidad, que habla español perfectamente y que se declaró «hijo de exiliados».

Rubio, al que analistas auguran una gran carrera polí­tica, fue votado por el 62% de los hispanos, según LatinoDecisions.

Rubio ganó con un 51% del apoyo hispano, según Pew Hispanic.

La tendencia republicana de los cubanos en Florida es sin embargo contrarrestada a veces por otros grupos en ese estado, como los puertorriqueños, que votaron por Obama en las presidenciales de 2008, resalta Mark López.

Los cubanoestadounidenses votaron por el candidato de la comunidad, sin importar la tibia posición de Rubio frente a la reforma migratoria, pero atraí­dos en cambio por sus promesas de luchar contra el gasto público en Washington.

Los hispanos en el oeste del paí­s, en cambio, votaron abrumadoramente contra los candidatos de apellido hispano que no están con ellos en temas como la reforma migratoria, que desgarró el debate polí­tico este año, o la reforma de la salud.

«Los republicanos no han conseguido realmente ganar con temas que llaman la atención especí­ficamente de la comunidad hispana, así­ que en lugar de ello compiten con candidatos de descendencia hispana», explicó a la AFP Fernán Amandi, de la firma de sondeos Bendixen y Asociados.

Martí­nez ganó en Nuevo México gracias a un voto no hispano, conservador, pero dispuesto a confiar en ella tras los escándalos de corrupción de la administración del saliente Richardson.

Los hispanos votan a veces por motivos identitarios aunque mayoritariamente por sus intereses, pero en todo caso se están dispersando por el paí­s, como atestigua el voto de Herrera en Washington, resaltó López.