«Voces de muerte sonaron cerca del Guadalquivir». Siguen sonando esas voces, retumban allende la mar, callaron en tu Andalucía, Federico, pero aquí se trasladaron; su eco se traspasa las verdes montañas que repican como truenos esas «voces antiguas que cercan voz de clavel varonil». Y cada día son 20 las víctimas que, igual que el Camborio «en la lucha daban saltos jabonados de delfín» y que al final tuvieron que sucumbir porque los atacaron «cuatro puñales» o acaso 4 pistolas o 15 disparos. Y se repite el viejo anhelo que se expresa ya como un lujo extraordinario «Compadre, quiero morir decentemente en mi cama. De acero si puede ser con las sábanas de Holanda.» No quiero quedar en la acera, la muerte ronda en las calles, y como «Juan Antonio el de Montilla rueda muerto la pendiente, su cuerpo lleno de lirios y una granada en las sienes» y en cada esquina «la sangre resbalada gime, muda canción de serpiente».
Con amplio despliegue se adornan las armas de fuego igual que «las navajas de Albacete, bellas de sangre enemiga relucen como los peces» o las ostensibles pistolas o los fusiles cobardes. En esta sociedad donde «un horizonte de perros ladra muy lejos del río» y al levantarse en cada amanecer «en mis ojos, sin querer, relumbran cuatro faroles» y donde seguimos esperanzados como aquel que «buscaba el amanecer y el amanecer no era». Los heridos claman igual que Antoñito: «Ay Federico García llama a la Guardia Civil que ya mi talle se ha quebrado como caña de maíz», «no ves que tengo una herida desde el pecho a la garganta». Y luego «el juez, con guardia civil, por los olivares viene (…) Señores guardias civiles; aquí pasó lo de siempre. Han muerto cuatro romanos y cinco cartagineses.» Nada nuevo ha sucedido, un parte de policía más, un expediente nuevo, una investigación inconclusa, otro funeral doliente, mas viudas y huérfanos se suman a la lista. Solo queda el postrer lamento: «!Ay Antoñito el Camborio, digno de una Emperatriz, acuérdate de la Virgen porque te vas a morir!» Ay Federico García ¿cómo callar esas voces? * Extractos de los poemas: La Muerte de Antoñito Camborio, La Casada Infiel, Reyerta, Muerto de Amor, Romance Sonámbulo.