Las constantes deportaciones de connacionales realizadas por autoridades migratorias de Estados Unidos, en la víspera del arribo a Guatemala de George W. Bush, evidencian que la visita no puede considerarse como amistosa, estiman analistas.
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Las políticas norteamericanas en esta materia se han evidenciado en los últimos meses, especialmente después de la visita que realizara el ministro de Relaciones Exteriores, Gert Roshental, a la Secretaria de Estado Condoleezza Rice, donde intercedió por la deportación de guatemaltecos.
De la mencionada visita se esperaba un ablandamiento de las expulsiones de connacionales, pero, a pesar de que en la mencionada reunión la funcionaria estadounidense se mostró anuente a una posible propuesta migratoria de parte de la cancillería nacional, las deportaciones y redadas se agudizaron una semana después del encuentro. Razón por la cual el analista ílvaro Pop asegura que no se debe esperar un cambio en la política estadounidense, sin importar las declaraciones de funcionarios de la Casa Blanca, quienes han asegurado que el mandatario se encuentra anuente a discutir el tema migratorio con su par guatemalteco.
Según Pop, la nación norteamericana tiene una política migratoria que no va a cambiar con visitas o muestras de simpatía; opina además que no debemos esperar que esta sea una reunión de amistad, pues responde a una estrategia de las mismas políticas estadounidense que se seguirán ejecutando.