Una campaña electoral atípica, violencia antes y después de los comicios, la ineficiencia del Tribunal Supremo Electoral pese a que gastó millonarias cantidades en tecnología para obtener rápidamente los resultados, y los resultados en sí mismos, son algunos de los temas que merecen ser analizados; pero, todo ese cúmulo de complejidades político-electorales se los dejamos a los cientos de “expertos analistas†que tras obtener uno o dos títulos, en la U, los medios de comunicación les otorgan ese mismo de expertos analistas aunque no conozcan ni la O por lo redondo. Y es que no es lo mismo ver lo político-electoral desde el púlpito de la academia universitaria, que vivirla de cerca, por eso, únicamente haremos un ligero resumen por este inexperto en todología.
Quisiera partir de las “alianzas†que buscan los dos candidatos presidenciales que participarán en la segunda vuelta, el general Otto Pérez Molina y el doctor Manuel Baldizón. Empecemos por escarbar las estructuras de los partidos políticos. En general, al menos en nuestra patria, son grupos que surgen por un breve período de vida, mientras el o los propietarios, inician y desarrollan su propio y particular proyecto. De ahí la corta vida de esas instituciones que así como surgen así desaparecen. La falta de una consistencia ideológica y sobre todo un liderazgo real en los partidos, prácticamente hacen inútiles esas “alianzasâ€, ¿por qué?, porque a la hora de realizarlas los líderes de esas agrupaciones no tienen ese “carisma†necesario para que los votos que supuestamente obtuvieron para ellos puedan “endosárselos†a otra persona. Los líderes locales y nacionales tuvieron un voto favorable o desfavorable mientras participaron, ahora, ya ese es un voto que se convierte en parte del creciente abstencionismo que siempre, en toda la historia política reciente del país, se diluye o desaparece, ya sea porque su candidato local (diputado o alcalde) fue o no fue electo o su candidato presidencial, llegó o no a la segunda vuelta.
En el caso de los dos contendientes ellos ya tienen un voto propio que no necesariamente es un voto cautivo, por lo que la incidencia en la reducción del número de votos se reflejará en esa segunda vuelta. Si tomamos en cuenta que el general Pérez Molina obtuvo alrededor de 1.600,000 votos y el doctor Baldizón poco más de 1.000,000, es comprensible pensar que este último tiene más necesidad de buscar aumentar ese caudal, aunque, insisto, no es mediante alianzas con las cúpulas partidarias como lo lograrán porque debido a la fragilidad del sistema político, aquí no existen los votos “endosablesâ€, como en otros lados y basta poner un ejemplo cercano que sí marca la vigencia de un partido: el PRI de México, que hasta hace pocos años y después de casi 60 de ostentar el poder, perdió su hegemonía de manos del PAN, pero que, al avecinarse las elecciones en el país norteño, ya las encuestas señalan de nuevo el surgimiento del PRI como el posible ganador de los próximos comicios. Aquí, ningún partido repite y no hay una disciplina de votantes que a la “orden†de sus superiores van a votar por el que les indicaron, ya su interés decayó y no buscan nada adicional a lo que lograron el 11 de septiembre, salvo los porcentajes de votos que seguirán fieles a los dos presidenciables. El otro problema de estas “alianzas†es que los candidatos a cambio del supuesto voto que recibirán, tienen que ceder cuotas de poder que si ganan, los debilita y muchas veces los confrontan. Las alianzas funcionan más en el Congreso en donde corren intereses entre 158 señoras y señores que pueden ir más allá, de simples cuotas de poder, por lo que hay más posibilidad de maniobra que van desde dinero en efectivo, hasta oficinas para grupos o personas, fuera de asesores, viajes y otros privilegios. La cosa, pues, es diferente.
Como ni soy experto, ni analista, pienso que más que buscar alianzas es buscar directamente el voto de los que se suman al caudal de indecisos, indiferentes, abstencionistas, etcétera, lo cual evitaría, por otra parte, que como resultado de “una alianza†con partidos o grupos, se tengan que ceder partes importantes del poder, ya que el votante, por el contrario, se conforma con la esperanza de mejorar, aunque al poco tiempo se decepcione.
De todas formas es seguro que tanto Pérez Molina, como Baldizón, irán tras “alianzas†que insisto, no serán los factores del triunfo.
Tratando otro tema. Al ver la composición y las personas que llegarán al nuevo Congreso tengo la percepción que este sufrirá un desgaste mayor que el actual en aspectos puntuales de corrupción, enfrentamientos e impunidad. Realmente es preocupante su conformación que generará más batallas políticas y desacuerdos que puntos de consenso, por lo que las dos fuerzas irreconciliables (UNE-PATRIOTA), que tuvieron enfrentamientos muy fuertes deberán tener buenos operadores políticos y gente dispuesta a diálogos inteligentes para poder conseguir algunos acuerdos, aunque la primera pregunta que queda es si será la señora Sandra Torres la lideresa máxima de la UNE porque si así fuere, la cosa es más difícil, a no ser que el Patriota o Lider, dependiendo de quién sea el Presidente de la República, agrupen a los partidos que tienen menos diputados y sumen fuerzas adicionales para poder gobernar.
Finalmente, como era previsible, Arzú, volvió a ocupar ese “incómodo†trono de la Municipalidad para prolongar su reinado otros 4 años, aunque ahora con una fuerza disminuida en el concejo, pero que tampoco será obstáculo para que sus planes se lleven adelante. Tal vez le cueste un poco más pero no para hacer su vida imposible. Es indudable que este sí será el último período de Arzú y ojalá que no sea cierto eso que después quiere ser alcalde de Antigua… ¡¡¡¡¡mi tierra!!!!! ¡¡¡¡¡Auxilio!!!!!…
CASO SIEKAVIZZA. El doloroso caso de la señora Cristina Siekavizza y sus hijitos sigue sin aclararse. Eso es una vergí¼enza para el sistema de justicia, (PNC, MP, OJ), que son cómplices y/o encubridores de este delito múltiple. Deben esclarecerlo y castigar a los responsables. ¡Qué asco de justicia!