Un barrio sunita de Bagdad fue blanco de ataques con morteros anoche, nueva señal de que la violencia se intensificó en las últimas 24 horas en Irak, cuyos responsables dijeron no lamentar la partida del secretario de Defensa norteamericano Donald Rumsfeld.
El jueves en la mañana murieron 16 iraquíes y otros 68 quedaron heridos en cinco atentados que golpearon la capital.
La violencia se ha intensificado en las últimas 24 horas tras el levantamiento del toque de queda instaurado el domingo, día del veredicto en el proceso de Saddam Hussein, condenado a muerte por la ejecución de 148 aldeanos chiítas en 1982.
Varios políticos iraquíes recibieron la noticia de la renuncia de Rumsfeld sin disgusto, aunque temen que su dimisión sea el preludio de un cambio radical en la política estadounidense hacia Irak luego de las legislativas del martes en Estados Unidos, en las cuales los republicanos perdieran el control total del Congreso.
«Esta dimisión es bastante tardía, habría debido producirse tan pronto se reveló el escándalo de la prisión de Abu Ghraib en 2004», estimó el influyente diputado kurdo Mahmud Othman, en alusión a la revelación de las sevicias infligidas a los prisioneros por soldados estadounidenses.
«Todo lo que ha hecho Rumsfeld en Irak es contrario a la ética y al comportamiento humano, y no refleja la política de un país civilizado como Estados Unidos», declaró por su parte el diputado sunita Salah Motlaq, resuelto adversario de la invasión estadounidense.
«La política de Estados Unidos en Irak es una prolongación de los errores cometidos por Rumsfeld, quien permitió el fortalecimiento de las milicias», añadió.
Varias salvas de obuses de mortero se abatieron sobre Adhamiya durante la noche, entre las 21:00 y las 03:00, constataron periodistas en la zona.
«Más de 50 obuses cayeron en el barrio durante toda la noche, sobre todo cerca de la mezquita de Abu Hanifa. Muchas casas sufrieron daños», explicó Marwan al Adhami, propietario de un supermercado en Adhamiya.
«Una persona murió y otras 20 fueron heridas en un primer ataque contra este barrio», agregó.
La oficina del primer ministro, Nuri al Maliki, denunció estos ataques, que fueron atribuidos a extremistas, según un boletín publicado durante la noche.
El barrio de Adhamiya forma parte de un enclave sunita situado en la orilla este del río Tigris, que cruza Bagdad. Los disparos de mortero entre Adhamiya y Kazimiya, un barrio chiíta situado a proximidad, son frecuentes.
Un total de 16 iraquíes, entre ellos un soldado, murieron en cinco atentados en Bagdad, donde la violencia reapareció tras un breve período de calma.
En Bagdad, tres civiles murieron y 19 fueron heridos en la explosión de una bomba en un mercado, indicó una fuente del hospital al Kindi.
Otros cinco civiles fallecieron y 25 resultaron heridos cuando un kamikaze hizo explotar su coche bomba en el momento en que los habitantes de un barrio del este de Bagdad se habían congregado para constatar los desperfectos causados por la caída de un obús sobre un centro comercial.
Dos civiles murieron y seis fueron heridos en la explosión de un coche bomba cerca de la facultad de Bellas Artes, en el norte de la capital, mientras que al noreste otro ataque del mismo tipo en un mercado popular se saldó con tres muertos y 12 heridos.
También en Bagdad un soldado murió y otros cuatro civiles fueron heridos al explotar un artefacto al paso de un patrulla militar en la calle Palestina, en el centro de la ciudad.
Paralelamente, un civil murió y tres fueron heridos en el sur del país por la explosión de un bomba, según una fuente de seguridad.