Centenares de personas protestaron hoy en las calles de la capital de Túnez, algunos de ellos lanzando piedras contra edificios del gobierno, y la Policía trataba de dispersarlos con gases lacrimógenos en un intento de las autoridades por calmar las tensiones.
La sede del Ministerio del Interior y un edificio de servicios municipales se encontraban entre los objetivos de la ira de los manifestantes.
La violencia sin precedentes ha puesto de manifiesto una profunda ira contra el gobierno autocrático del presidente Zine El Abidine Ben Alí.
La Policía se desplegó en las calles principales de la capital, que hasta esta semana se había librado de los disturbios violentos que han surgido en ciudades de la provincia.
Los negocios de la capital estaban cerrados el jueves.
Los policías han disparado en varias ocasiones contra los manifestantes en las últimas tres semanas de una ola de violencia que ha sacudido a este país africano. Los funcionarios dicen que han muerto al menos 23 personas, entre ellos cuatro durante la noche del miércoles al jueves.