Las autoridades iraquíes abrieron hoy una investigación de «alto nivel» para esclarecer lo ocurrido en los secuestros colectivos perpetrados las últimas semanas en Irak, donde la violencia aumentó un 22% los últimos meses, según el Pentágono.
Diez nuevos rehenes de los 40 que fueron secuestrados el domingo en la sede de la Medialuna Roja iraquí fueron liberados hoy por la mañana.
Según el último balance, 42 personas fueron secuestradas, 32 de ellas empleados de la organización humanitaria, que decidió cesar temporalmente sus actividades en la capital iraquí. Todavía hay 16 personas retenidas.
«Por razones de seguridad» la Medialuna Roja rechazó dar cualquier indicación sobre los secuestradores, cuya identidad es el objeto de especulaciones.
Los secuestros, obra de delincuentes o de escuadrones de la muerte que ejecutan después a sus víctimas, forman parte de la vida cotidiana en Irak. Decenas de cadáveres, en ocasiones mutilados, aparecen cada día en la capital iraquí, donde la violencia religiosa entre las comunidades sunita y chiíta se ha multiplicado en los últimos meses.
El cuerpo de un miembro del consejo municipal del barrio de Adhamiya, de mayoría sunita, fue encontrado hoy en el este de Bagdad junto a otros tres cadáveres con signos de tortura. Otros ocho cuerpos fueron encontrados en Baaquba, a 60 km al noreste del país.
Las autoridades iraquíes anunciaron que han abierto una investigación de «alto nivel», dirigida por un «equipo especial» formado por responsables de los ministerios de Interior y Defensa, para tratar de poner freno a estos actos.
En Estados Unidos, por su parte, fuentes oficiales y organizaciones siguen señalando el grave deterioro de la situación en el país del Golfo.
La situación continuó empeorando en Irak entre mediados de agosto y mediados de noviembre con un incremento de 22% en el número de ataques con respecto a los tres meses precedentes, según un informe trimestral del Pentágono.
El documento revela que las fuerzas de la coalición siguen siendo el blanco principal de estos ataques (68%) y que la mitad de ellos (54%) se produjeron en dos provincias iraquíes (Bagdad y al-Anbar).
El informe estima además que el proceso político de reconciliación nacional «ha hecho pocos progresos». «La violencia confesional ha aumentado netamente pese a las reuniones entre responsables religiosos y tribales», precisó.
La organización International Crisis Group (ICG) indicó en otro análisis que Irak está al borde de la «desintegración», y aseguró que el gobierno de unidad nacional del primer ministro, Nuri al Maliki, no es representativo.
«Irak está al borde de la desintegración. El país y sus instituciones corren el riesgo de hundirse en el caos», amenazando la estabilidad de toda la región, recalca en el documento el presidente de ICG, Gareth Evans.
Por último, 13 terroristas condenados a muerte fueron ejecutados hoy en Irak.
Irak está al borde de la «desintegración», según un informe de la organización International Crisis Group (ICG) publicado hoy, que señala sobre todo que el gobierno de unidad nacional del primer ministro, Nuri al Maliki, no es representativo.
«Irak está al borde de la desintegración. El país y sus instituciones corren el riesgo de hundirse en el caos», amenazando la estabilidad de toda la región, recalca en el documento el presidente de ICG, Gareth Evans.
«La comisión Baker-Hamilton y la renovación que representa de la política estadounidense en Irak es un primer paso importante, pero radicalmente insuficiente, si se quiere evitar el hundimiento de Irak y una guerra regional», opina el ICG.
La comisión estadounidense copresidida por el ex secretario de Estado James Baker, que entregó el 6 de diciembre sus conclusiones, recomendó un cambio de la política estadounidense en Irak, con una posible retirada de las tropas de aquí a 2008, así como las discusiones directas con Irán y Siria.
«Todos los actores políticos iraquíes implicados en la violencia deben ser llevados a la mesa de negociaciones y presionados para aceptar compromisos», subraya el ICG.
«El gobierno iraquí y las fuerzas de seguridad no pueden ser considerados como aliados a los que se apoya: simplemente forman parte de los numerosos actores del conflicto», observa la organización.
«La comisión Baker habla de ’gobierno de unidad nacional representativo del pueblo iraquí’, lo que no es cierto», según el ICG, que propone «una nueva aproximación multilateral que presione verdaderamente a los actores» nacionales.
Incremento de soldados
El presidente de Estados Unidos George W. Bush estudia el aumento del número de soldados de su país en Irak, en tanto medita sobre una nueva estrategia para la impopular guerra, indicó la Casa Blanca hoy.
Preguntado sobre la posibilidad de que Bush piense en un incremento de decenas de miles de soldados, según especulaciones de la prensa, el portavoz Tony Snow dijo que «es algo que se está explorando».
El mandatario estadounidense se encuentra bajo una creciente presión para efectuar un golpe de timón en la guerra, en especial tras la derrota republicana en las elecciones legislativas de noviembre y luego de la divulgación de las conclusiones del influyente Grupo de Estudios para Irak.
«El presidente no ha tomado una decisión sobre el camino a tomar y ha solicitado a los comandantes militares que consideren una amplia gama de opciones, y lo están haciendo», agregó Snow.
Los comentarios del portavoz se produjeron poco después que el Pentágono advirtiera que los ataques en Irak han aumentado a niveles inéditos y que la milicia de Moqtada al-Sadr es la principal amenaza a la estabilidad.
El diario Washington Post informó hoy que altos mandos militares cuestionan un plan de la Casa Blanca para enviar entre 15 mil y 30 mil soldados adicionales por un plazo de ocho meses.
El periódico citó bajo acuerdo de anonimato a oficiales cercanos al «intenso» debate, los cuales informaron que los comandantes se oponen en especial por la falta de definición sobre los objetivos de esa fuerza.
Funcionarios de primer nivel del Pentágono dijeron a Bush que un aumento de soldados por un corto periodo será una motivación para todas las facciones armadas de Irak y no fortalecerá la posición de Estados Unidos a largo plazo.