Violan los derechos laborales en el campo


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Sobre la base de un estudio que revela la precariedad de las condiciones laborales en fincas agrícolas en Guatemala, una delegación del Comité de Desarrollo Campesino (CODECA) informó a mecanismos de derechos humanos de la ONU y a la OIT sobre la transgresión continuada en Guatemala de leyes nacionales y convenciones internacionales que garantizan los derechos laborales en el agro.

Por Diego de León
Ginebra /Agencia Cerigua

“Es fundamental informar sobre la dimensión que están alcanzando las violaciones a los derechos laborales, por su carácter permanente y sistemático”, indicó Juan Ramón Ruiz, quien forma parte de la delegación de CODECA; “no se trata de un hecho aislado, que sucedió una vez, que constituyó una violación y que hay que esclarecer, sino que estamos hablando de una violación continuada”, agregó.

La delegación, integrada además por Vicenta Jerónimo y Leiria Vay García, presentó los hallazgos de su investigación a representantes del Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos, así como del mandato que aborda la violencia contra la mujer; también expuso la problemática en un foro público convocado por organizaciones no gubernamentales ginebrinas.

CODECA, organización creada en 1992 y que en la actualidad aglutina a más de 60 mil familias indígenas y campesinas, culminó recientemente este estudio en el que entrevistaron a 1 mil 26 personas que trabajan en 609 fincas de gran extensión (fincas de más de 100 caballerías); durante este proceso fueron acompañados por delegados del Ministro de Trabajo y Previsión Social, así como de la Inspectoría General de Trabajo.

Los resultados de la investigación dan cuenta del rostro indígena que caracteriza a la fuerza laboral de la fincas dedicadas a la producción de monocultivos en Guatemala: el 69% se autodefinió como maya, 18% xincas y 4% garífunas; según los cálculos a partir del muestreo, el 64% son hombres, 25% son mujeres y, a pesar de la prohibición del trabajo infantil en leyes nacionales e instrumentos internacionales, aún 11% de los trabajadores en las fincas son menores de edad.

Un rasgo que caracteriza a las condiciones laborales en el campo es la falta de certeza jurídica para los trabajadores; el 76% de las personas encuestadas afirma no tener un contrato firmado con su contratista, la mayoría es contratada para trabajos temporales de entre 3 a 6 meses, y el 90% no goza de seguridad social, es decir no están inscritos ante el IGGS.

El estudio pone en evidencia prácticas de explotación laboral; un dato revelador es que el 69% de trabajadores encuestados se ubica en un rango inferior a un salario de mil 500 quetzales mensuales, es decir la mitad del mínimo acordado en Q.2,234; el 61% admite no enviar a sus hijos a la escuela, no sólo porque donde trabajan no hay establecimientos accesibles, sino como medio para garantizar la consecución del trabajo diario que se les exige.

La situación de los derechos de los campesinos presentada por CODECA se inserta en la actualidad en un debate mundial creciente sobre la necesidad de crear normas internacionales que garanticen los derechos de este segmento de población; según cifras de Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, es en la población campesina en donde se concentra el 80% de la hambruna a nivel mundial.