Violaciones múltiples: La reconstrucción del dolor


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El Ministerio Público (MP) acusa a un taxista de ser el violador de decenas de mujeres. Primero fueron 7 denuncias, luego aumentaron a 14 y ahora ya son 28. Las mujeres han reconocido a quien consideran responsable de abusos sexuales en su contra. Había sido difícil encontrar al presunto violador, porque según algunos informes, utilizaba métodos especiales para no dejar rastros de los delitos.

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POR JODY GARCÍA
jgarcia@lahora.com.gt

El pasado 15 de diciembre del 2013 en la Calzada Roosevelt, en la zona 11 fue detenido José Víctor Alburez Manzo, de 33 años, quien era conductor de un taxi. La detención podría pasar desapercibida si no fuera porque la orden de captura en su contra fue girada por nueve violaciones sexuales a mujeres menores de 30 años.

Al iniciar la investigación, la situación se tornó más dramática, ya que al ver su fotografía en los periódicos, más víctimas se presentaron ante las autoridades a denunciar. Así el número de mujeres agredidas fue aumentando, y actualmente se calcula que Alburez Manzo podría estar involucrado en 28 agresiones de este tipo.

Las investigaciones refieren que el señalado utilizaba métodos especiales para no dejar rastro en los delitos –como la utilización de preservativos–, sin embargo, fue dejando otro tipo de huellas que permitieron a los fiscales trazar un hilo conductor en las denuncias que fueron ingresando al MP.

LOS PRIMEROS CASOS

En el 2011 una mujer denunció en la Fiscalía que cuando abordó un taxi con la intención de llegar más segura y quizá más rápido a su destino, el piloto la amenazó con un arma y con un artefacto que daba choques eléctricos.

Bajo amenazas y con el rostro cubierto, el piloto la violó, amenazando con que otros hombres estaban cerca y que también abusarían de ella si trataba de buscar ayuda. El caso ingresó y se unió a las decenas de procesos que por hechos similares ya habían reportado.

Sin embargo, una denuncia hecha a principios del 2012 llamó la atención de los investigadores.

Los relatos y las características del agresor que fueron proporcionados por la víctima a través del Modelo de Atención Integral del MP, arrojaron elementos para determinar que se trataba de un fenómeno criminal ejecutado por la misma persona. El modus operandi se fue dibujando en las denuncias que ingresaban.

Fue a partir de ese segundo caso que los expedientes con elementos similares fueron asignados a una misma persona, parte del equipo de la Unidad de Delitos Sexuales de la Fiscalía de la Mujer que junto con el Ministerio de Gobernación, estableció una mesa permanente de trabajo para identificar los indicios que posteriormente llevaron a una individualización.

MODUS OPERANDI

Según las investigaciones, estos eran los pasos de Alburez para seleccionar a sus víctimas.

El taxista que supuestamente utilizaba su automóvil para robar y violar, realizaba sus recorridos en sectores de la zona 10, zona 7, Calzada Roosevelt y El Periférico.

Prefería estacionarse cerca de universidades y centros comerciales. Allí interceptaba a sus víctimas, que eran mujeres entre los 20 y 30 años de edad; cuando ellas buscaban transporte y preguntaban el precio por el costo del servicio, él les preguntaba cuánto les cobraban usualmente hacia su destino.
 
Cuando las pasajeras ya iban en el interior del vehículo, las amenazaba con arma de fuego –que se presume era de juguete–, les cubría el rostro y con un aparato les daba toques eléctricos. Evitando ser visto cambiaba el recorrido y las despojaba de todas sus pertenencias.

Para asegurarse que no escaparan colocaba en las puertas el seguro para niños. Mientras conducía al lugar “propicio” para cometer el delito las acosaba psicológicamente, haciéndoles creer que trabajaba en complicidad con otras personas y con miembros de las autoridades, para amedrentarlas y evitar que pidieran auxilio y denunciaran los hechos.
 
Posterior a la intimidación violaba a las mujeres y las agredía físicamente. Las investigaciones refieren que para no dejar rastro y evitar ser vinculado a los delitos, utilizaba condón.

Al concluir el hecho criminal, Alburez dejaba a sus víctimas en lugar desolado, diciéndoles que otros hombres las vigilarían, para que no intentaran nada sospechoso que lo involucrara.

Información del Ministerio Público refiere que como parte de las investigaciones se realizaron análisis de videos, reconocimientos de lugares y acciones de prevención, como operativos de revisión de taxis coordinados con la Municipalidad de Guatemala y el Ministerio de Gobernación, en diferentes puntos de la ciudad durante cuatro meses.

Sin embargo, pese a las pesquisas iniciadas con la segunda denuncia, las autoridades no llegaron a tiempo, ya que Alburez podría contar con más de 28 víctimas en su historial delictivo.

“REGALOS”

Actualmente Alburez se encuentra ligado a proceso por los delitos de violación sexual con agravación de la pena, plagio o secuestro y robo agravado. Un juzgado de femicidio conoce la causa en su contra, y en esa judicatura nueve féminas ya lo identificaron directamente como su agresor.

Se ha encontrado que existen incluso similitudes en este caso con el proceso por el cual fue sentenciado Javier Alexánder González González, alias el Nica, condenado por liderar una banda de violadores que operaba en la calzada Roosevelt. 

La comparación surgió del relato de las féminas, que indicaron que luego de abusar de ellas el sindicado las obligaba a entregar todas sus pertenencias, así como las contraseñas para ingresar a sus cuentas bancarias.

Según la información los objetos robados por Alburez a las mujeres fueron localizados en su residencia, donde su conviviente aseguró que se los había entregado como regalos.

Cifras del MP refieren que actualmente la Unidad de Delitos Sexuales investiga 2  mil 500 casos por  denuncias de violación presentadas en 2010 y 2011.

Durante el 2014 la fiscalía ha capturado a 15 personas por violaciones y agresiones sexuales, y durante el 2013, fueron 180 los detenidos por este tipo de hechos.

VIOLADORES EN SERIE

“Estamos ante uno de los peores casos de violación serial”, manifestó Norma Cruz, directora de Fundación Sobreviviente.

Según explicó la activista, el caso de Alburez es uno de los más graves, ya que sin la ayuda de una estructura criminal, como en el caso de los violadores de la Roosevelt, cometió más de una veintena de vejámenes.

Cruz conoce el caso, ya que la Fundación se constituirá como querellante adhesivo en el proceso, debido al tipo de ilícitos que se persiguen, así como por la cantidad de víctimas que necesitan atención.

¿A qué se debe que un solo hombre pudiera cometer tantas violaciones sin ser descubierto?

Cruz consideró que la impunidad es el mayor factor por el cual los violadores se convierten en criminales en serie, ya que al ver que nada sucede con sus hechos criminales se sienten confiados, en medio de un sistema de justicia que parece no reaccionar.

“Cometen el primer acto y ven que no pasa nada, que ni la víctima denuncia y ni las autoridades investigan. Es así como va un caso, dos casos, y van aumentando porque van agarrando confianza, empiezan a trabajar en un área y poco a poco la empiezan a ampliar, ya que toman control”, opinó.

La entrevistada resaltó que las violaciones cometidas por Alburez fueron posibles por los niveles de impunidad que en Guatemala se conocen.

Por otro lado dijo que se empieza a evidenciar una cultura de denuncia en el país, que el silencio empieza a romperse, pero aún hace falta.

“Hace falta que el MP afine la investigación para que efectivamente pueda cruzar la información para lograr detectar que existen muchas denuncias que se relacionan con un malhechor, como en este caso. Todo tiene que ver con los métodos de investigación que está implementando la Fiscalía”, refirió.

Además, señaló que un violador en serie es como un vampiro que se alimenta de sus víctimas, en una sociedad donde no hay nadie que lo detenga.

“Si Alburez en un lapso de tiempo cometió más de 25 hechos, de los que se tienen ya documentados, porque la cifra puede ser mayor, es porque definitivamente se sentía con la total certeza de que nadie le haría nada. Es más, llama la atención porque no necesitó de toda una estructura para operar”, agregó alarmada.

También manifestó que el caso demuestra que la situación de la mujer guatemalteca es que está ante una psicosis de violencia que la lleva a inmovilizarse, bajo un sistema de impunidad que empodera a los criminales.

“Es preocupante, porque en los últimos años han salido a luz cada vez un número mayor de violadores en serie, y hay muchos más”, concluyó Cruz.

DE RASGOS DISFUNCIONALES

Pero, ¿Qué sucede en la mente de un violador en serie? ¿Cómo se puede explicar cómo un hombre puede llegar a ser acusado de agredir sexualmente a casi tres decenas de mujeres?

Zenaida Escobedo, psicóloga y directora de la Secretaría de la Mujer del Organismo Judicial (OJ), explicó que los violadores sistemáticos son hombres que suelen presentar problemas emocionales y sexuales, con rasgos disfuncionales que llegan a sentir placer ante el sufrimiento de las féminas.

“Por lo regular esta clase de hombres tiene problemas, pero no son enfermos mentales porque saben lo que hacen, incluso pueden detectar a su víctima. En estos casos la mayoría de hombres tienen problemas sexuales, son impotentes y pueden llegar a tener eyaculaciones precoces”, señaló.

Además agregó que se evidencia en este tipo de agresores problemas de baja autoestima, con dificultades para tener una relación sana con una mujer, y en la mayoría de casos son misóginos.
   
“También necesitan ejercer una clase de poder y temor sobre la víctima, ya que eso es lo que les provoca el deseo y la satisfacción sexual. Entiéndase que no tienen problemas mentales aunque si está su psicología afectada”, añadió.

Sin embargo, dijo que hay hombres que pueden llevar una vida funcional, con trabajos estables y familia, pero que encuentran placer en este tipo de conductas.

Por otro lado, Escobedo manifestó que las víctimas de violación sexual deben ser tratadas con programas psicológicos, ya que el daño es de gran carga emocional.

“Una violación puede generar en una mujer altos niveles de angustia, un estrés postraumático, que va a ser que la persona pierda toda la confianza en sí misma, en el sistema, que se sienta sola y llegue a una depresión”, explicó.

Escobedo afirmó que las violaciones dejan una carga emocional de dolor y cólera que pueden llevar a otros estados, incluso de adicción si no son tratados a tiempo.

Se intentó conocer la versión de Hiram Sosa, abogado defensor de Alburez, pero no pudo atender a las llamadas insistentes de La Hora.

IMPUNIDAD

Estadísticas del Centro de Información, Desarrollo y Estadística Judicial (CIDEJ),  reportan que entre el 2011 y el 2013, a los órganos jurisdiccionales de todo el país ingresaron 3 mil 312 procesos por los delitos de violación, de los cuales 370 llegaron a sentencia.

Dicha cifra representa un 11.17 por ciento de efectividad en la resolución de las causas por este tipo de ilícitos; no obstante, el restante 88.83 por ciento continúa en la impunidad.

CIFRAS MP (2012-2013)

Según estadísticas del Ministerio Público, en el 2012 se registraron mil 236 denuncias por agresión sexual y mil 876 casos por violación sexual contra niñas y adolescentes. Mientras que las cifras de los hombres en los casos de agresión fueron de 190 y 259 por violación.

Hasta marzo del 2013, se reportaron 252 denuncias por agresión sexual y 589 por violación sexual en niñas y adolescentes. En el caso de los hombres, ellos tampoco están exentos de sufrir este tipo de violencia, ya que según las cifras se denunciaron 39 casos de agresión sexual y 54 por el delito de violación.

De acuerdo con información del Juzgado de Primera Instancia de la Niñez y Adolescencia del Área Metropolitana,  perteneciente al Organismo Judicial, se ha registrado de enero a diciembre del año anterior, 3 mil 297 casos de amenazas o violencia a los derechos humanos de la niñez  y adolescencia.

CASOS

VIOLADORES DE LA ROOSEVELT

El 7 de julio del 2013, el Tribunal Primero B de Mayor Riesgo condenó a 18 hombres y una mujer acusados de integrar una banda de los violadores de la Roosevelt, encontrados culpables por 14 violaciones y robo a clientes de banco. Las víctimas fueron interceptadas en la Calzada Roosevelt.

VIOLADORES DE COBÁN

En julio del 2013 cuatro hombres fueron capturados en San Pedro Carchá, Alta Verapaz, sindicados de conformar una banda de violadores que abusó de varias jóvenes en Cobán. Según investigaciones, los detenidos abusaban de jóvenes entre 12 y 17 años, a quienes obligaban a ingresar en una camioneta agrícola, las drogaban y violaban.

VIOLADOR EN SERIE

El 10 de septiembre del 2010, el Tribunal Undécimo de Sentencia impuso 37 años de prisión a Abelino Méndez, un ex guardaespaldas y ex agente de seguridad privada que ultrajó a 14 mujeres durante el 2008 y 2009 en la capital.