Viní­colas exportan más en tiempos de crisis


Los productores sudamericanos de vino incrementaron la producción y también se benefician de la preferencia de los consumidores.

Mientras el mundo entero apura el cáliz de la crisis económica, los productores viní­colas sudamericanos ven contentos cómo aumentan sus exportaciones.


Las ventas en el extranjero de vinos chilenos, argentinos, peruanos y brasileños aumentaron en el primer trimestre de 2009, y los profesionales del sector aseguran que la crisis está siendo buena para ellos.

«Para Argentina, se trata del buen vino, al buen precio, en el buen momento», dice Amelia Nolan, directora gerente de Argento, una de las firmas más vendedoras de Argentina.

Con un aumento de las exportaciones de un 20% en el primer trimestre de 2009, en comparación con el mismo perí­odo de 2008, Argento espera vender en todo el año 8,4 millones de botellas.

El objetivo puede parecer demasiado ambicioso, en plena recesión mundial. Pero las exportaciones de vino argentino han aumentado un 9% en valor y un 10% en volumen en los primeros cinco meses de 2009, según Caucasia, una sociedad de análisis con sede en Buenos Aires.

Las cifras contrastan con las de Francia, cuyas exportaciones cayeron un 29% en valor en el primer trimestre, y un 15% en volumen, según la agencia nacional France AgriMer.

Nolan, junto con unos cien productores viní­colas sudamericanos, participa esta semana en Francia en la mayor feria de vino del mundo, Vinexpo. El evento tiene lugar en Burdeos (suroeste) cada dos años, y en esta edición cuenta con 2.400 expositores de 48 paí­ses.

«Estamos saliendo claramente beneficiados de la crisis, y creciendo en cada uno de los mercados en que estamos», dice Juan Somaví­a, gerente de Wines of Chile, promotor viní­cola nacional.

Tras un comienzo flojo en enero y febrero, el volumen de exportación de vinos chilenos aumentó un 20% en marzo, un 16% en abril y un 23% en mayo. El valor de las exportaciones cayó un 11% en los primeros cuatro meses del año, pero los productores dicen salir ganando de una mayor demanda y la devaluación del peso.

«En valor, mis ventas chilenas aumentaron un 50% en los primeros cinco meses de 2009», asegura Franí§ois Lurton, un productor francés propietario de un viñedo en el paí­s sudamericano.

«Los bajos precios de los vinos argentinos y chilenos están minando las ventas de Francia y España», añade.

Pero además de los precios, la imagen también es muy importante, sostiene Bernard Magrez, un multimillonario instalado en Burdeos, propietario de viñedos en Chile y Argentina.

«Comprar un buen argentino o chileno significa que entiendes de vino», dice Magrez.

Los productores sudamericanos también se benefician de la preferencia de los consumidores por saber qué tipo de uva están bebiendo.

Variedades como Malbec, Cabernet Sauvignon, Carmenere y Tannat, tradicionales de Francia, están viviendo una segunda primavera en Sudamérica. En Dinamarca, por ejemplo, las ventas del vino tinto chileno Cabernet Sauvignon superan las del equivalente francés.

«Un Cabernet Sauvignon chileno es fácil de comprar», dice un visitor danés de Vinexpo. «No te tienes que preocupar de la región o del nombre del castillo, como en Francia», añade.

Otros paí­ses sudamericanos, como Brasil y Perú, también están llegando a los consumidores extranjeros, y ambos dicen que la crisis está ayudando.

En Brasil, las exportaciones de vino espumoso aumentaron un 18% en el primer trimestre del año. Sus principales mercados están ahora en Gran Bretaña, Alemania, Holanda y Estados Unidos.

En el caso del viñedo peruano Tacama, lo que en parte los ha ayudado es la inclusión de su vino en la carta de un prestigioso chef de Parí­s, Alain Ducasse. Por eso, para Daniel Geller, gerente de ventas, «se puede decir que estamos teniendo una buena crisis».