El arresto de cuatro policías por su vínculo con el secuestro de 12 jóvenes en la ciudad de México ha manchado la imagen que autoridades han intentado cultivar de la capital como un refugio de la violencia y la corrupción policial que ha plagado a otros estados del país.
Los cuatro policías son parte de las 18 personas detenidas hasta ahora por su presunta participación en el llamado «Caso Heaven», en referencia al nombre del bar de la ciudad de México donde el 26 de mayo fueron secuestrados a plena luz del día 12 jóvenes cuyos cuerpos fueron localizados tres meses después en una fosa clandestina en un rancho en las afueras de la capital.
El secretario de Seguridad Pública capitalino, Jesús Rodríguez Almeida, dijo a The Associated Press que los cuatro policías habían sido sometidos -como todos los miembros de la fuerza- a exámenes de control de confianza y tenían entre cuatro y 11 años de servicio, aunque evitó mencionar por razones de confidencialidad si habían pasado las pruebas que incluyen el polígrafo y análisis de toxicología.
«Nosotros no prejuzgamos si son o no culpables en este momento», dijo Almeida, aunque reconoció que su vinculación con el caso afecta la imagen de la policía de la ciudad, la más grande del país con unos 87.000 efectivos.
El secuestro y asesinato de los 12 jóvenes sacudió la imagen de la ciudad como una de las zonas más seguras de México, relativamente libre de hechos violentos y vinculados al crimen organizado que han afectado a otras localidades del país donde carteles de las drogas se han visto envueltos en batallas por el control de territorios y rutas de tráfico.
«El caso Heaven lo que prueba con toda claridad es que los policías pasan los controles del polígrafo como si fueran caramelos», dijo a la AP Gustavo Fondevila, experto en seguridad del Centro de Investigación y Docencia Económicas. «No tienen absolutamente ningún problema (en pasar los controles) y siguen trabajando para el crimen organizado o siguen delinquiendo o siguen apropiándose de las rentas del delito», añadió.
El propio secretario de Seguridad Pública reconoció que los exámenes de confianza no son «garantía» para que un policía se comporte de una u otra manera.
Ricardo Martínez, abogado de algunos familiares de las víctimas del «Caso Heaven», dijo que no era una sorpresa la implicación de policías. «Están metidos tanto delincuentes como servidores públicos», señaló.
Rodríguez reconoció que el arresto de los cuatro policías no es bueno para la reputación de su corporación, la cual ha sido mencionada por autoridades como una de las mejores entrenadas y equipadas en un país donde organismos de procuración de justicia y seguridad han tenido varios problemas de corrupción.
En los últimos años han sido arrestados varios policías involucrados en actividades criminales en varias partes de México. En estados fronterizos y los que bordean el Golfo de México, por ejemplo, cuerpos completos de policía han sido despedidos por presuntos vínculos con el narcotráfico o simplemente por no haber pasado los exámenes de control de confianza.
Sin embargo, Rodríguez calificó de «mito» decir que la policía está involucrada en todas las actividades criminales y sostuvo que su oficina mantiene una lucha constante contra la corrupción que ha permitido que desde que llegó a su puesto en 2012 se haya detenido a 115 agentes involucrados en robos, secuestros o sobornos.
«En todas las policías del mundo existen policías que se apegan a la ley… pero también en todas las policías del mundo hay policías que se alejan de la legalidad, que son deshonestos y que consecuentemente tienen que enfrentar las consecuencias jurídicas de sus actos», dijo.
El secuestro de los 12 jóvenes ocurrió la mañana de un domingo, a una cuadra del concurrido Paseo de la Reforma y muy cerca de la embajada de Estados Unidos y las propias instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina. El plagio y posterior asesinato ha sido atribuido por las autoridades a una disputa entre pandillas rivales dedicadas al narcomenudeo en bares y centros nocturnos.
La Procuraduría capitalina, que investiga el caso, ha dicho que una de las pandillas los plagió y mató en venganza por el asesinato días antes de uno de sus distribuidores de droga en un bar.
Hasta ahora no se ha precisado el papel que habrían jugado los policías, algunos de los cuales estaban asignados a la Zona Rosa, el área turística donde está el bar Heaven.
Autoridades localizaron 13 cuerpos en la fosa clandestina donde estaban los restos de los 12 jóvenes. Un investigador federal, no autorizado a ser identificado, dijo a la AP que el cuerpo 13 era de un joven que ayudó a los propios secuestradores.
En medio de la detención de los policías por el «Caso Heaven», la prensa mexicana comenzó a divulgar un video en el que se registró un secuestro, también a plena luz del día, en el que participaron tres personas vestidas con uniforme policial que sacan a un hombre a la fuerza de un auto y lo meten a una camioneta.
Rodríguez dijo que hasta ahora no se tiene la certeza de que las personas en uniforme sean en verdad policías capitalinos.
«Garantizar la integridad de la policía es un proceso continuo», dijo a la AP Alejandro Hope, un analista de seguridad y ex miembro de la agencia mexicana de inteligencia, para quien los exámenes de control de confianza no son suficientes. «Incluso en la ciudad de México, donde es probable que haya una mejor policía que en ningún otro lado… incluso aquí hay un sistema policial totalmente disfuncional», comentó.