De acuerdo con los archivos del Departamento de Delitos Sexuales, Trata de Personas, Niñez, Adolescencia y Delitos Sexuales de la Policía Nacional Civil (PNC), se conocen dos denuncias de trata de personas, en contra del centro nocturno Elite Night Club, ubicado en la zona 10, pero la información es escasa.
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El empresario nicaragí¼ense, Henry Aquiles Fariñas Fonseca, figura como el gerente de este lugar, el cual fue clausurado el pasado domingo, por orden judicial.
Aunque en los archivos policiales, existe escasez de información de las denuncias, estas fueron registradas el pasado 16 de noviembre de 2009, a través de una llamada a la PNC.
Asimismo, otra fue notificada, el 6 de julio de 2009, por parte de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), según consta en la información.
Fuentes cercanas a Casa Alianza, confirmaron a La Hora, que en el año 2005, esta institución realizó una investigación en varios centros nocturnos, entre estos, Elite.
En esa ocasión, los investigadores no lograron ingresar, por la escasez de recursos, para adquirir una membresía en dólares, pero en las afueras del lugar, lograron conversar con una mujer que trabajaba en el centro.
La joven precisó que ahí solo se aceptaban mujeres de nacionalidad extranjera, entre las que figuraban rusas, colombianas y venezolanas o bien centroamericanas.
La entrevistada, no detalló la forma de captación de las mujeres, pero sí dijo que todos los gastos de pasaporte, de pasaje y otras, corrían a cuenta de los empresarios de estos lugares.
REDES DE TRATANTES
Una publicación realizada por la periodista y escritora mexicana, Lydia Cacho, destacó en el medio digital Sin Embargo, que el nombre de Henry Fariñas, apareció hace años, en una investigación realizada por ella, como parte de una de las redes de tratantes de mujeres de América Latina.
Fariñas, es copropietario de una cadena de bares, en varios países, los cuales, según Cacho, son parte de una gran red de trata de mujeres, que desde Nicaragua, Paraguay, El Salvador, Colombia y El Caribe, son traficadas para explotarlas, no solamente en ambientes de prostitución forzada, sino también, como parte de las redes de tráfico de drogas y blanqueo de dinero.