Villa Canales y El Naranjo son botaderos de cadáveres


El hallazgo de cadáveres en algunos puntos del paí­s se ha convertido en parte de la cotidianidad guatemalteca.

A diario, los cuerpos de socorro cubren emergencias de todo tipo, una de las que destaca es el hallazgo de cadáveres en lugares como El Naranjo y Villa Canales. La mayorí­a de ví­ctimas son asesinadas con proyectil de arma de fuego.

Mariela Castañon
lahora@lahora.com.gt

De acuerdo con Ricardo Lemus, relacionista público de los Bomberos Municipales, hace aproximadamente cuatro años este fenómeno se daba en puntos denominados «rojos» y la mayorí­a de los asesinados presentaban señales de tortura; por ejemplo, eran amarrados del cuello a las extremidades superiores e inferiores, a modo que cuando intentaban estirarse se estrangulaban, además que sus rostros eran cubiertos con bolsas negras.

Miembros de este cuerpo de socorro afirman que sólo en el mes pasado encontraron alrededor de ocho cadáveres en áreas aledañas a Villa Canales y tres en El Naranjo, zona 4 de Mixco.

Javier Estanislao Garcí­a, jefe de la Comisarí­a 15, que se encarga de brindar seguridad en el sector de Villa Canales, admitió que esta área se habí­a convertido en botadero de muertos, pero indicó que para disminuir este problema realizaban operativos móviles y de impacto; asimismo, enfatizó en que buscaban controlar la situación, pese a la escasez de personal.

Garcí­a, además, indicó que en algunas ocasiones el hallazgo de cadáveres en ese lugar respondí­a a las riñas y venganzas entre pandillas. Este vespertino intentó comunicación con la Comisarí­a 16, encargada de proporcionar seguridad en la zona 4 de Mixco, pero nadie respondió a los llamados.

Por otro lado, un aspecto que sobresale en esta situación es que cuando el cuerpo de una persona fallecida aparece en un lugar, la población, incluidos los niños, se aglomeran para verlo, aunque el cadáver se encuentre en estado de descomposición y emane males olores.

A decir de Marco Antonio Garavito, de la Liga de Higiene Mental, este factor se debe al acostumbramiento ante la muerte, el dolor, la tragedia y la sangre, lo cual genera deshumanización en la población.

Garavito añadió que en psicologí­a este problema se denomina «desensibilización defensiva», que consiste en que los seres humanos que se exponen al dolor, crean mecanismos de defensa a la costumbre para no impresionarse y traumatizarse. Antes sucedí­a que una persona que veí­a un muerto pasaba pensando toda la semana en él, pero ahora es algo muy común, dijo.

El profesional señaló que para evitar la indiferencia ante esta problemática es necesario que tanto la Policí­a Nacional Civil como el Ministerio Público resguarden el área adecuadamente y eviten que los adultos y niños observen dichos sucesos.

«Lo mí­nimo en estos casos es que la Policí­a y el Ministerio Público, cuando se dan estos hechos, coloque la protección al área del crimen, lo pongan un poco más alejado a manera que la gente no tenga posibilidad de estar casi tocando al muerto o encima, porque entonces está más expuesta a esa tragedia»

Marco Antonio Garavito,

psicólogo