Tal y como fue ofrecido en el escrito anterior, después de haber proporcionado información sobre la Hepatitis «B», hoy iniciaremos una relación sobre el VIH y el sida, lo cual, aunque son concomitantes son, efectivamente dos términos diferentes.
Este es un tema controversial que se menciona soto voce en corrillos y, como muchos temas tabúes entre el ciudadano común, no se quiere hablar sobre él de frente… se soslaya y, una de las consecuencias es que prolifera y se multiplica a velocidades sorprendentes en todas las esferas y en todos los estratos, mientras las mayorías callan, particularmente en los países menos desarrollados.
Querámoslo o no, el sida llegó para quedarse entre los humanos y la humanidad tiene la obligación de aprender a vivir con él, tomando toda precaución lógica y pertinente.
Sida es el acrónimo de síndrome de inmunodeficiencia adquirida, enfermedad que afecta a los humanos infectados por el VIH (virus de inmunodeficiencia humana). Se dice que una persona padece de sida cuando su organismo, debido a la inmunodepresión provocada por el VIH, no es capaz de ofrecer una respuesta inmune adecuada contra las infecciones que aquejan a los seres humanos. Se dice que esta infección es incontrovertible.
Cabe destacar la diferencia entre estar infectado por el VIH y padecer de sida. Una persona infectada por el VIH es seropositiva, y pasa a desarrollar un cuadro de sida cuando su nivel de linfocitos T CD4 (que son el tipo de células a las que ataca el virus) desciende por debajo de 200 células por mililitro de sangre.
El VIH se transmite a través de los fluidos corporales (tales como sangre, semen, secreciones vaginales y leche materna). El Día mundial de la lucha contra el sida se celebra el 1 de diciembre. La Real Academia Española (RAE) recoge la palabra sida en la vigésima segunda edición de su diccionario, por lo cual puede ser utilizada en minúsculas y en mayúsculas.
La historia del sida es interesante y, aunque en esta oportunidad prefiero no entrar a describir la polémica de sus orígenes, creo que es válido considerar su historia y dejar el tema de su origen para más adelante, en virtud de que existen algunas teorías que, aunque no han sido validadas, las mismas teorías dejan perplejo al lector o al estudioso.
La era del sida empezó oficialmente el 5 de junio de 1981, cuando el Center for Disease Control and Prevention (Centro para la prevención y control de enfermedades) de Estados Unidos convocó una conferencia de prensa donde describió cinco casos de neumonía por Pneumocystis carinii en Los íngeles. Al mes siguiente se constataron varios casos de sarcoma de Kaposi, un tipo de cáncer de piel. Las primeras constataciones de estos casos fueron realizadas por el Dr. Michael Gottlieb de San Francisco.
Pese a que los médicos conocían tanto la neumonía por Pneumocystis carinii como el sarcoma de Kaposi, la aparición conjunta de ambos en varios pacientes les llamó la atención. La mayoría de estos pacientes eran hombres homosexuales sexualmente activos, muchos de los cuales también sufrían de otras enfermedades crónicas que más tarde se identificaron como infecciones oportunistas. Las pruebas sanguíneas que se les hicieron a estos pacientes mostraron que carecían del número adecuado de un tipo de células sanguíneas llamadas T CD4 . La mayoría de estos pacientes murieron en pocos meses.