Cuando se trata de la guerra, de agredir e invadir y ocupar otras naciones y países, no importa si son los republicanos o los demócratas los que gobiernan Estados Unidos. En el fondo, los señores de la guerra y amos del imperio estadounidense, operan de la misma manera. En lo que se diferencian es en la forma. Y si alguien ha sistematizado resumidamente esa historia de guerras, agresiones, invasiones y ocupaciones durante los dos últimos siglos y lo que va del presente, es el doctor en Ciencias, Rafael Izquierdo Canos, presidente del Instituto de Historia y de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba.
Como ya queda dicho, la guerra del pueblo vietnamita contra los colonialistas franceses culminó con la caída de Dien Bien Phu. Para cuando se celebró la Conferencia de Ginebra, el VIET MINH tenía ya bajo su control las dos terceras partes del territorio. A principios de 1951 los ocupantes franceses habían perdido totalmente el control sobre Vietnam y en represalia a la batalla de Vinh Yen, usaron por primera vez bombas de NAPALM matando a unos seis mil soldados del VIET MIHN. Ya para entonces la ayuda estadounidense a los colonialistas franceses se había iniciado. En 1954, había aumentado considerablemente.
El incidente de Tomkin, ocurrido en febrero de 1965, fue montado por los agresores estadounidenses y utilizado con el deliberado propósito y pretexto para iniciar sus bombardeos contra la República Democrática de Vietnam. Cinco años antes, en diciembre de 1960, se había fundado el Frente de Liberación Nacional de Vietnam del Sur, FLN. La guerra contra los invasores estadounidenses, sus títeres de Viet Nam del Sur y la coalición de países aliados, habría de culminar con la caída de Saigón.
Según el trabajo «Estados Unidos: el poder de la fuerza o la fuerza del poder» del doctor Izquierdo Canos, publicado en el diario cubano Trabajadores del 7 de marzo de 2003, en esta guerra, que duró de 1964 a 1975, intervinieron más de 600 mil soldados y oficiales estadounidenses y que sumados a las tropas de Vietnam del Sur y las de sus aliados de Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Tailandia, se calcula que llegaron a reunir más de 1 millón 800 mil efectivos.
Durante la guerra contra la agresión extranjera, murieron 58 mil 183 oficiales y soldados estadounidenses y desaparecieron 2 mil 261. Murieron, además, otros 5 mil 200 soldados de la coalición invasora, y resultaron heridos un total de 300 mil. Del ejército de Vietnam del Sur murieron 223 mil 248 soldados y oficiales y quedaron heridos alrededor de 500 mil.
Según los datos consignados en el documento citado, los agresores estadounidenses utilizaron más de 7 millones 882 mil 357 toneladas de bombas o sea 3,8 veces más que las lanzadas durante la Segunda Guerra Mundial y cuya potencia equivaldría a 700 bombas atómicas. Emplearon, además, unos 15 millones de municiones y a causa de los intensos bombardeos ocasionaron alrededor de 25 millones de cráteres.
Del lado vietnamita, los muertos entre militares y civiles se calcula que suman tres millones y más de cuatro millones de heridos. De los heridos, 600 mil quedaron mutilados. Alrededor de 300 mil soldados vietnamitas se estima que están desaparecidos y de los militares y civiles muertos, unos 400 mil fueron sepultados como desconocidos. Se calcula, además, que unos dos millones enfermaron a causa de las sustancias tóxicas utilizadas por los agresores extranjeros. De ellos, unos 50 mil eran niños. Las tropas estadounidenses emplearon en Vietnam más de 72 millones de litros de sustancias defoliantes.
De acuerdo a estudiosos extranjeros que se han ocupado tanto de la guerra contra el colonialismo francés como contra el militarismo estadounidense en Vietnam, en su sistematización teórica y labor práctica, destacan los trabajos y dirección de Ho Chi Minh, Vo Nguyen Giap, y Le Duan.
Para Ho Chi Minh, «en la guerra de guerrillas en Vietnam debía otorgársele mayor importancia al aspecto político que al aspecto militar». En la resistencia armada, opinaba, el pueblo entero debe ser movilizado y armado». Giap, por su parte, explicó la transformación de la guerra de guerrillas en guerra de movimientos y la estrategia de la guerra prolongada como otra de las experiencias exitosas de la guerra de liberación tanto en el Norte como en el Sur. En los trabajos de Le Duan destaca su aportación al esclarecimiento de «cómo la estrecha combinación de la lucha política y militar constituyó la forma básica de la ’violencia revolucionaria’ de las masas» y que hizo posible «las insurrecciones locales en áreas urbanas» y la creación de los «centros populares de autodefensa» como «una de las más originales contribuciones de los vietnamitas a la guerra de guerrillas».
Estos elementos y otros más, habrá que tenerlos en cuenta al referirse a la diferenciación existente entre lo acontecido en Vietnam y lo que está sucediendo en Irak.