La Editorial Cultura del Ministerio de Cultura y Deportes ha publicado la antología poética 1945-1979 de la recordada poeta guatemalteca Alaíde Foppa.
El libro se titula Viento en Primavera (año 2006) y desde su primer libro titulado Poesías, -dice en la contraportada- Alaíde Foppa se dedicó a sembrar luz sobre la tierra para que otros descubrieran los dones existentes en lo más grande y en lo más pequeño del universo, pues muy temprano se dio cuenta de que su vida corría «tan mezclada/ al vivir de los hombres» y de que su oficio era fundar una luz que no se desvaneciera con el paso del tiempo.
Puede decirse que su oficio nace cuando advierte que tiene «un corazón de cristal»,/ donde se rompe el sol/ en infinitos resplandores», de los que ella se apropia para hacer su trabajo poético.
Cada poema es una confesión de los anhelos y de las inquietudes que matizan el tránsito del ser y todo el conjunto es una lección de sencillez, no exenta de hondura.
Es sabido que al tiempo que escribía, Alaíde Foppa vivía comprometida con su pueblo, expresando sus padecimientos a través de foros internacionales.
En reconocimiento a la palabra poética y la calidad humana, atributos distintivos de tan singular guatemalteca, el Ministerio de Cultura y Deportes presenta a los lectores este recuento de su poesía con prólogo de la escritora Luz Méndez de la Vega.
Presentamos algunos tópicos:
Alaíde Foppa: Realidad y Poesía
Luz Méndez de la Vega
Para valorar las características literarias resultantes del ideal estético que, en su poesía, perseguía Alaíde Foppa, no se debe pasar por alto que su vida, pues de su plácida existencia de mujer de clase alta adinerada, especializada en lenguas y literaturas españolas e italianas, en plena juventud y éxito poético, se vio arrastrada a un trágico destino?
Mujer privilegiada por su inteligencia, cultura, belleza, posición social y riqueza, Alaíde Foppa, más allá de los caminos a los que conducían esos privilegios, tomó aquellos a los que la llamaban las imperiosas voces de su vocación poética y las del amor a la libertad y la justicia?
Su profunda religiosidad aparece en Poesías, sobre todo en los dos poemas titulados «Oración». En el primero, se puede encontrar la clave de tan femenina y sumisa resignación amorosa y su catarsis del dolor, como fuente que expresa metafóricamente:
«(?) cavaré en mí misma dolorosamente
como en tierra dura.
Y cuando llegue hasta lo hondo
y me haya desangrado,
ágil y clara será mi vida
entonces, como un río sonoro y transparente,
fluirá libremente
el canto encarcelado».
Otra característica de su poesía -también presente en este libro- es la de evitar cualquier forma de crudo alarde erótico, ya que ella siempre expresa su erotismo velado por una imagen simbólica o una metáfora o una hermética alusión, como en su brevísimo poema «Nocturno», donde la entrega amorosa, la sugiere la ocultación de la luna:
«Mi mano
encontró en su mano
un nido;
más rápida y cálida
pasó por mis venas
la vida.
Sólo el silencio
se oía;
y yo, perdida
en esa vasta noche,
miraba el cielo claro.
Pero cuando él se inclinó
sobre mi rostro,
se apagó
la pálida corola de la luna».
Deseo de abandono a una muerte presentida, pero extrañamente opuesta a la que ?no quisiéramos hubiera sido la suya- entre agobiadoras indagatorias, insultos, atroces torturas y sangre que no pudo soportar, como se a rumoreado sucedió siguiendo las órdenes del cruel general Romeo Lucas. Muerte buscada, como la que en el verso de Santa Teresa invoca: «Ven muerte tan escondida que no sienta venir». Muerte llena de paz, deseada por su gran fe religiosa con la esperanza de poder encontrar «la esperada palabra» que ojalá haya podido escuchar en el momento de su silencio final.
Pero, si por incrédulos, algunos podemos suponer que no la haya llegado a escuchar, en cambio sabemos con certeza, que ella ni en la muerte es «isla silenciosa», porque su voz está viva en su poesía. Belleza de su palabra ya negada a sus oídos, pero que nosotros escuchamos cada vez que leemos sus versos. (Guatemala 2006) Nota: Recopilación de material: Hugo Madrigal.